Es porque pidió su salida desde esa fecha. Si hay extraordinarias y no asiste, el macrifascismo tendrá un voto menos. Quejas del kircherismo.
La Cámara de Diputados le concedió la renuncia a Elisa Carrió a partir del 1º de marzo de 2020, motivo de protesta del peronismo que le exigió irse antes para no seguir cobrando las dietas.
"¡No puede ser! Estamos aprobando licencias para diciembre y Carrió la quiere para marzo, así cobra viáticos y sueldos todo el verano. ¡Es una vergüenza!", se quejó Araceli Ferreyra, del Movimiento Evita.
Casi no llegó a hablar al micrófono, Emilio Monzó trató de ignorar su planteo pero chocó con uno similar de la jujeña Carolina Moises, del peronismo federal.
Propuso un pedido de reconsideración para que solo se aprueben las renuncias solicitadas para este año, la mayoría de electos para otras funciones, como Martín Llaryora (intendente de Córdoba), Martín Lousteau (senador electo), María Emlia Soria (intendente de Roca) y Gustavo Saadi (de Catamarca), entre otros.
"La licencia es por motivos personales. Puede ser por cualquier tema", la defendió Monzó. "Cuestiono lo extemporáneo del pedido. No podemos darle licencia para marzo", insistió Moises. Necesitaba los dos tercios, un número imposible sin Cambiemos, donde nadie alcanzó a defender a Carrió.
Juan Manuel López llegó al recinto cundo el debate se había saldado y por las dudas consultó con los secretarios parlamentarios de la cámara para garantizar que la renuncia de Carrió fuera aprobada.
La paciente psiquiátrica ambulatoria tiene mandato hasta 2021 y en su carta le solicita a Monzó que "arbitre los medios para que el cuerpo acepte mi renuncia voluntaria al cargo". Se la envió el 29 de octubre, dos días después de la derrota de Miauricio Macri Blanco Villegas.
Por la Ley de Paridad, asumirá en su lugar la macrifascista Patricia Holzman, funcionaria de estrecho vínculo con el inoperante secretario de Ambiente, Sergio Bergman.
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