Con 192 votos a favor, 0 negativos y 24 abstenciones, la Cámara baja avanzó con el proyecto que introduce cambios al Código Civil y Comercial de la Nación. Ahora, debe pasar al Senado.
La Cámara de Diputados dio media sanción ayer a la tarde -con 192 votos a favor, 0 negativos y 24 abstenciones- al proyecto de ley de Alquileres, que busca mejorar la posición de los inquilinos.
Al abrir el debate, el presidente de la Comisión de Legislación General, Daniel Lipovetzky, dijo que con esta iniciativa se busca "dar soluciones a este problema que afecta a ocho millones de argentinos" y destacó que se tienen que regular estos contratos porque "existe una situación desigual" entre inquilinos y propietarios.
Tras explicar detalles de la ley y defender la decisión de subir de dos a tres años los contratos de alquiler, el diputado macrifascista dijo que esta propuesta "viene a equilibrar las relaciones entre los sectores".
Por su parte, el diputado kirchnerista, Adrián Grana, manifestó que "estamos tratando después de cuatro años que se había aprobado en el Senado una reforma a la ley de alquileres" y afirmó que esto sucede debido al cambio político que se avecina con el triunfo del Frente de Todos, cuando "vuelve a colarse una agenda a favor de los ciudadanos".
"Estoy satisfecho de haber llegado hasta acá y haber logrado un consenso para tener una nueva ley de alquileres", apuntó Grana.
En tanto, la diputada radical por Córdoba, Brenda Austin, celebró la “vocación de diálogo que se tuvo en este tema" a pesar de las posiciones antagónicas y destacó que “es una ley que todo el tiempo está buscando evitar los abusos”.
"Equilibra la relación entre las partes” porque “reconoce que hay tres actores centrales: los propietarios, los inquilinos y los corredores inmobiliarios”, agregó.
Los aspectos centrales de la reforma del Código Civil y Comercial referido a la ley de Alquileres son la extensión de un contrato de dos a tres años, un nuevo mecanismo de actualización anual (en lugar de semestral) que se calculará en base al aumento de la inflación y el salario.
En ese sentido se establece una fórmula para la actualización de los precios, combinando el IPC (Índice de Precios al Consumidor) con el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables).
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