El Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) le entregó el informe a Alberto Fernández. En los menores de hasta 14 años la inseguridad alimentaria severa trepa al 14,1 por ciento.
La cantidad de personas que sufren hambre se disparó tras la crisis de 2018 y se encuentra en el mayor nivel de la última década. Un 9,3 por ciento de la población urbana pasa hambre y un 22,2 por ciento se vio obligada a reducir la porción de comida.
Así se desprende de un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), con datos al tercer trimestre de este año. Fue presentado al presidente electo, Alberto Fernández, durante la reunión llevada a cabo la semana pasada para avanzar en el plan para erradicar el hambre que implementará el futuro Gobierno como una de sus primeras medidas.
Aumento del hambre
El 9,3 por ciento de la población urbana sufre hambre en Argentina. El informe de la UCA utiliza el término de inseguridad alimentaria severa para hacer referencia a experiencias de hambre por parte de alguno de los adultos o niños del hogar debido a problemas económicos de los últimos 12 meses. La cifra actual es la más alta de la década, dado que el informe muestra la evolución desde el cuarto trimestre de 2010. Entre 2010 y 2015, el hambre se ubicó entre 6,1 y 6,9 por ciento. El salto se produjo en 2018, cuando pasó a 7,9 por ciento y luego se disparó hasta el 9,3 por ciento en el tercer trimestre de este año.
El dato desagregado por grupos de edad muestra que los más afectados son los niños y adolescentes de entre 0 y 17 años. Hasta 2016, el 9,6 por ciento de este grupo sufría hambre, y este año pasó al 14,1 por ciento. En el caso de los jóvenes de 18 a 29 años, son el 9,2 por ciento, en las personas de 30 a 59 años afecta al 7,4 por ciento y la cifra más baja se da en los jubilados de 60 años y más, donde cae al 4,5 por ciento.
Por su parte, si se toman en cuenta los estratos ocupacionales, se observa que el hambre alcanza al 20,5 por ciento de los trabajadores marginales de zonas urbanas. Hasta 2016, era el 16,5 por ciento. En el caso de los obreros, la inseguridad alimentaria severa era del 5,7 por ciento hasta 2016, y hoy la cifra se encuentra en 9,5 por ciento.
En cuanto a los aglomerados urbanos, los datos más alarmantes se dan en el conurbano bonaerense. El 11,3 por ciento de la población en esa zona sufre de hambre, cuando hasta 2016 era 8,4 por ciento. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, uno de los distritos más ricos del país, en 2016 sufrían este flagelo el 1,9 por ciento de la población, cifra que este año escaló al 3,2 por ciento.
La encuesta de la deuda social argentina fue realizada en aglomerados urbanos de 80 mil habitantes o más, en el Gran Buenos Aires y otras áreas metropolitanas del interior del país. Fue llevado a cabo entre el cuarto trimestre de 2010 y 2015, y desde el tercer trimestre de 2016 e igual período de 2019. La muestra de los hogares fue de 5800 casos por año.
Reducción de las porciones
Los datos de la UCA son aún más graves si se los mide bajo la dimensión de la inseguridad alimentaria total. Este término hace referencia a la reducción involuntaria de la porción de comida de los componentes del hogar y/o a la percepción frecuente de hambre por problemas económicos durante los últimos 12 meses. La inseguridad alimentaria total fue variando entre el 13 y el 15 por ciento de la población urbana entre 2010 y 2015. En 2018 saltó al 20,2 por ciento y este año se ubicó en el 22,2 por ciento, el dato más alto de la década.
Esta dimensión afecta sobre todo a niños y adolescentes, dado que pasó del 21,5 por ciento en 2015 al 30,1 por ciento en 2019. Es decir que casi 1 de cada 3 personas de entre 0 y 17 años tuvieron hambre o debieron reducir la porción de comida. Si se toma en cuenta los hogares urbanos, esta proporción pasó del 30 por ciento en 2016 a 39,4 por ciento en 2019.
En esta problemática, el conurbano bonaerense vuelve a ser la zona geográfica más golpeada. La inseguridad alimentaria total de la población urbana alcanzó en 2018 al 18,1 por ciento, cifra que saltó al 27,4 por ciento este año. También hubo un fuerte aumento en la ciudad de Buenos Aires. Hasta 2016, se ubicó en el 5,4 por ciento, y en 2019 pasó al 9,2 por ciento.
Lucha contra el hambre
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, fue el encargado de presentarle el informe a Alberto Fernández durante la primera reunión de trabajo que llevó a cabo el Frente de Todos para avanzar en un plan de lucha contra el hambre.
"Es posible y deberíamos garantizar la seguridad alimentaria de los argentinos", aseguró Salvia en una entrevista con CNN Radio. Además, dijo que en la reunión "todos tenían que ver con el tema" y calificó a Fernández como "un presidente focalizado y comprometido emocionalmente con el tema".
La reunión fue realizada el viernes pasado, dado que desde el espacio político aseguran que quieren avanzar en medidas concretas cuando asuma el gobierno, a partir del 10 de diciembre. Crearán un Consejo Federal Argentina Contra el Hambre, encargado de monitorear la aplicación del plan nacional. La convocatoria formó parte de una amplia mesa, en la que se sentaron desde Estela Carlotto a Marcelo Tinelli, de Adolfo Pérez Esquivel a Narda Lepes, de la CGT a la CTEP, de la UBA a la UCA, de la Suciedad Rural a Cáritas.
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