Las peores caídas del empleo formal tuvieron lugar en comercio, industria, transporte, actividad inmobiliaria y construcción, mientras que hubo una compensación en el registro de monotributistas y personal doméstico.
El nefasto régimen fascista y neoliberal de la alianza de derecha Cambiemos se despide con la destrucción de 157.424 puestos de trabajo del sector privado formal respecto de cuando asumió en diciembre de 2015.
La cifra se encuentra lejos de los 1,25 millones de empleos que el jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, aseguró que se crearon con la gestión macrifascista. Para llegar al número que brindó el sorete mal cagado no alcanza ni con computar a los monotributistas, los empleados públicos y el servicio en casas particulares. Las peores caídas del empleo formal tuvieron lugar en comercio, industria, transporte, actividad inmobiliaria y construcción, mientras que hubo una compensación en el registro de monotributistas y personal doméstico. Junto con la pérdida de puestos, el salario general en cuatro años se contrajo 19 por ciento en términos reales.
En el insólito informe de Peña Braun se listan datos sin respaldo en relevamientos oficiales que dan cuenta de una supuesta mejora en las condiciones económicas objetiva. “Se crearon 1.250.000 puestos de trabajo, incluidos los informales”, afirma en el texto el funcionario, sin explicar cómo llega a esa cifra y cómo computa o estima el empleo no registrado o informal. Si eso fuese poco, argumenta que el desempleo que crece, lo cual es reflejado por las estadísticas del INDEC y del Sistema Previsional Integrado Argentino (SIPA), “no se da por una destrucción del empleo sino porque más personas se vuelcan a un mercado laboral”.
“Una evaluación de la gestión del presidente Mauricio Macri tira por la borda algunas verdades del modelo neoliberal que la praxis económica se encargó de refutar a lo largo de estos casi cuatro años”, señala un informe de la consultora Proyecto Económico, que dirige la economista y diputada Fernanda Vallejos. De acuerdo con los datos del SIPA que cita el informe, “el sector privado registrado acumuló -en 4 años- una caída de puestos de trabajo de 194.235, que en términos desestacionalizados representan unos 157.424”.
La política de ajuste fiscal, las metas antiinflacionarias -con ancla salarial- y los constantes tarifazos, entre otras medidas, indujeron a una retracción económica. El impacto recayó especialmente en los sectores más dependientes del mercado interno, como la industria y el comercio, que a su vez coinciden con las actividades que crean más empleo. “De esta forma, el deterioro del salario real y del nivel de ocupación transcurrieron por caminos paralelos”, explica el informe de la consultora.
La actividad que más puestos perdió fue industria manufacturera, con la destrucción de 151.699 puestos desde 2015 hasta este año, seguida por comercio y reparaciones (-25.544), actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (-24.155), transporte, almacén y comunicación (-22.923), construcción (2670) e intermediación financiera (-1497). Hubo creación neta en la enseñanza (22.558), servicios sociales y de salud (21.434 puestos), agricultura, ganadería, caza y silvicultura (14.298), servicios comunitarios, sociales y personales (6236), en las empresas de electricidad, gas y agua (4264) y hoteles y restaurantes (2272). “El resultado es que el sector privado tuvo una reducción de casi 160.000 puestos, empujados por las actividades de mayor peso”, detalla.
Además de estimar un número incontrastable de puestos informales, los funcionarios del régimen suelen compensar la caída del empleo con la creación de monotributistas, públicos o precarios. Lejos de la férrea crítica que hicieron sobre el empleo público, durante los últimos cuatro años hubo una creación neta (aumentó la nómina) en 88.163 puestos en distintas dependencias. Los asalariados en casas particulares creció en 51.594 empleos. A esto se suman 138.069 monotributistas privados y 10.848 monotributistas sociales. En su mayoría era empleo asalariado que migró hacia esta modalidad, a lo que se sumaron trabadores informales que ingresaron para tener alguna cobertura social. Si se contabilizan estos empleos, en cuatro años hay un aumento de 114.568 puestos, de peor calidad respecto al trabajo asalariad y muy lejos del 1,25 millones de empleos que aseguró esta semana Peña Braun.
“También ganó participación en el empleo total el sector público. Sin embargo, para estos sectores la caída salarial resultó aún más pronunciada. Los salarios reales del sector público acumularon en el período en estudio una reducción en términos reales del 16,3 por ciento, mientras que en el sector informal registraron una baja de 24,5 por ciento”, explica Proyecto Económico. En la actividad del sector privado registrado la baja fue menor, lo que da cuenta de que se trata de empleos mejor remunerados y con mayor nivel de protección. Desde diciembre de 2015 los salarios de este segmento perdieron 16,3 por ciento.
Fuente: nota de Cristian Carrillo para Página/12
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