La asociación AJUS elevó una denuncia contundente y detallada y las Naciones Unidas hicieron un pedido de informes al régimen macrifascista. “Las informaciones recibidas son suficientemente fiables”, dijo el relator García-Sayán.
Por primera vez en cuatro años la Organización de las Naciones Unidas tomó como propias las sospechas sobre violación de la independencia de la Justicia durante el nefasto régimen fascista de Miauricio Macri Blanco Villegas.
Tras una presentación de los abogados de la agrupación AJUS (Abogados por la Justicia Social), la Relatoría Especial para la Independencia de Magistrados y Abogados que encabeza el jurista peruano Diego García-Sayán dio 60 días al régimen para contestar los cargos sobre presiones, arbitrariedades y manipulaciones.
El documento de García-Sayán fue recibido por el ex vicecanciller y actual representante argentino en Ginebra Carlos Foradori el viernes 1° de noviembre. Foradori debe girarlo al canciller Jorge "medio polvo" Faurie y el ministro recopilar la defensa que pueda hacer el Poder Ejecutivo.
“Hace poco más de un año, en septiembre de 2018, hicimos la presentación a la Relatoría, y en junio de 2019 estuvimos en Lima para entrevistarnos con García-Sayán y darle precisiones”, dijo Emanuel Desojo, presidente de AJUS en el área de La Plata, Berisso y Ensenada.
“Lo que nos deja satisfechos es que la Relatoría tomó los elementos de nuestra denuncia y derivó al gobierno los cargos sobre la existencia de un plan sistemático, específico y estructural del Ejecutivo para cooptar la Corte Suprema por decreto, manipular el Consejo de la Magistratura, atacar a jueces porque supuestamente no comulgaban con el gobierno o porque fallaron en contra de medidas consideradas claves para la política económica oficial, agredir especialmente a magistrados del fuero laboral y designar arbitrariamente jueces afines sin seguir las reglas”, agregó.
Los detalles de la denuncia resultaron tan frondosos que además AJUS está preparando un libro, “Justicia a la carta”, sobre la estrategia seguida por el hijo bobo de Franco Macri en sus cuatro años de gestión. Los originales ocupan 400 páginas.
Uno de los párrafos señala que el ex hijastro de Flavia Palmiero buscó “establecer un sistema judicial a la carta, donde no importa mantener la imparcialidad de sus jueces o reforzar la calidad institucional de la magistratura, sino más bien todo lo contrario”. Es decir, “encontrar un respaldo punitivo a decisiones políticas que, sin ese escudo judicial, no podrían ser llevadas a cabo”.
Herramienta
Ahora, el Estado argentino tiene 60 días de plazo para contestar. Se abren, entonces, dos posibilidades:
• Una es que Macri Blanco Villegas se apure y responda de aquí al 10 de diciembre, para deslindar responsabilidades políticas antes del final de su mandato.
• Otra es que suponga que le conviene aprovechar el plazo para que el pedido de García-Sayán quede en los cajones de la burocracia estatal.
El retrasado mental no la tiene fácil, porque García-Sayán revela en el texto que se guía más por presunciones sobre la base de relatos fiables que por simple curiosidad. Por eso señala que mientras espera la respuesta insta al régimen a que “adopte todas las medidas necesarias para proteger los derechos y las libertades de la(s) persona(s) mencionada(s) e investigar, procesar e imponer las sanciones adecuadas a cualquier persona responsable de las violaciones alegadas”. También lo insta “a que tome las medidas efectivas para evitar que tales hechos, de haber ocurrido, se repitan”.
"Informaciones suficientemente fiables"
“Tengo la intención de expresar públicamente mis preocupaciones en un futuro cercano”, señala la carta del relator. “Considero que las informaciones recibidas son suficientemente fiables para indicar que existe un asunto que justifica una atención inmediata",añade. Más aún, sostiene que “además, considero que la opinión pública tiene que ser informada sobre las implicaciones potenciales relacionadas con las alegaciones arriba mencionadas”.
En términos institucionales, para la ONU los responsables son los Estados, gobierne quien gobierne. Pero si Macri Blanco Villegas no responde a tiempo las sospechas de la Relatoría, quien lo hará es el Estado bajo la jefatura de Alberto Fernández.
En ambos casos, como presidente electo o como presidente en ejercicio, Fernández podrá hacer suya una herramienta valiosa: ya no serán suspicacias del Frente de Todos las acusaciones sobre el funcionamiento macrifascista de la Justicia sino irregularidades consideradas como serias por las Naciones Unidas. Tan serias como para abrir un expediente que no será vinculante pero sí formará parte de la evaluación que haga público el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Urgencia
En su carta, García-Sayán reclama al régimen fascista argentino “atención urgente” para la información que recibió “respecto de la presunta existencia de un plan sistemático y estructural de amedrentamiento del Poder Judicial de la República Argentina”. Lo interroga a partir de una denuncia sobre “una serie de actos concatenados” que “habrían socavado” la independencia del sistema judicial argentino y obstaculizado “la posibilidad de una actuación imparcial en decisiones que afectan a los intereses del Poder Ejecutivo, así como disciplinando a los magistrados que hubieran dictado resoluciones contrarias a la voluntad del Ejecutivo”.
García-Sayán no hizo un simple pedido de datos. Reclamó información sobre trece puntos relacionados con las medidas que el régimen adopte ya mismo para garantizar, por ejemplo, la inamovilidad de los jueces, asegurar que no sean evadidos los concursos y dar cuenta de cómo se arregló el funcionamiento conforme a Derecho del Consejo de la Magistratura.
Uno de los ejemplos que dio AJUS y fue tomado por el relator fue el logro de una mayoría política en el Consejo de la Magistratura mediante la designación como miembro del diputado Pablo Tonelli, la paralización de concursos como coartada y el uso de esa coartada para trasladar como subrogantes “magistrados vinculados o cercanos al partido gobernante sin respetar los requisitos establecidos en la legislación”.
Un ejemplo de subrogación sería el de Juan Manuel Culotta como juez con competencia electoral en la provincia de Buenos Aires. Culotta no había concursado para ello. “Según la alegación recibida, el doctor Juan Manuel Culotta poseería vínculos estrechos y de amistad con el Presidente Macri, con su abogado personal y especialmente con el doctor Pablo Clusellas, secretario Legal y Técnico de la Nación”. Otro ejemplo es el conjunto de presiones para que renunciara la procuradora Alejandra Gils Carbó.
Hay capítulo especial en la denuncia que se llama "ataque a los jueces que han dictado resoluciones contrarias a los objetivos del Presidente Mauricio Macri”. Otro capítulo lleva por título “ataque a los abogados y jueces laboralistas”.
Creada en 2011 por un grupo de abogados “para defender los derechos de las personas”, según la definición del propio Desojo, AJUS incluyó en su denuncia, tomada por García-Sayán, detalles sobre el ataque a los jueces Jorge Ballesteros y Eduardo Farah, al magistrado Alejo Ramos Padilla, la manipulación de fiscales en la causa del concurso preventivo del Correo Argentino SA y las designaciones ilegales en la Cámara Federal de Casación Penal y en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal.
Fuente: nota de Martín Granovsky para Página/12
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