Enfrentado con el kirchnerismo, el fiscal ante la Cámara Federal se irá después de las elecciones. Es un cargo determinante para las causas de corrupción.
Germán Moldes, una de las ratas más grandes en esa cloaca que es Inodoro PY, inició el éxodo en la justicia federal ante el previsible cambio de gobierno. Duramente enfrentado con el kirchnerismo, presentó su renuncia como fiscal ante la Cámara Federal porteña y dejó libre un lugar clave para los casos de corrupción. Su salida se consideraba un hecho después del triunfo del peronismo en las PASO.
Moldes estaba de licencia desde el 6 de septiembre pasado porque fue sometido a una operación cardíaca y el lunes presentó su renuncia ante el procurador Eduardo Casal. La salida será efectiva el próximo 1º de noviembre, cuatro días después de las elecciones.
La renuncia dará lugar a una disputa para ocupar un cargo determinante en el andamiaje de la justicia federal. El sorete era desde hace más de veinte años el único fiscal ante la Cámara Federal porteña, encargado de sostener o descartar las apelaciones de los fiscales de primera instancia contra los fallos de los jueces de Inodoro Py, los que investigan los casos más sensibles para el poder político: los de corrupción.
El fiscal ante la Cámara Federal porteña también tiene poder para apelar los fallos de ese tribunal ante Casación, el máximo tribunal penal del país.
Moldes había llegado a ese cargo en 1995 durante el gobierno del turco mufa, del que fue funcionario en el Ministerio del Interior de José Luis Manzano. El riojano lo nombró fiscal en el fuero Penal Económico de la Capital en 1994 y rápidamente ascendió.
Con el kirchnerismo tuvo una buena relación inicial hasta se enfrentó con la procuradora Alejandra Gils Carbó. Junto con Marijuán y Rívolo, entre otros, encabezó la cruzada contra la jefa de los fiscales.
La relación terminó de romperse con la muerte del corrupro, inoperante y putañero fiscal Alberto Nisman. Moldes encabezó los reclamos contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y fue desplazado de la causa cuando intentó reabrir la investigación por la denuncia que hizo antes de morir el titular de la UFI-Amia.
Durante el régimen de Miauricio Macri Blanco Villegas, Moldes fue muy proclive a los deseos de la Casa Rosada y pidió varias veces la detención de la ex presidenta. Además desestimó apelaciones en varias causas contra funcionarios o el propio presidente, como en el caso Panamá Papers.
Su salida podría ser la primera de una serie de renuncias. En la lista de posibles figuran la de otros dos furiosos antikirchneristas: el juez federal clarinista Claudio Bonadio y el camarista Martín Irurzun, artífices del encarcemiento de la mayoría de los ex funcionarios kirchneristas.
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