Por problemas de salud, el sorete mal cagado -oficialista y furibundo anti kirchnerista- pidió su jubilación.
A los 72 años y luego de haber sido sometido a una cirugía para desobstruir el 85% de la su arteria carótida derecha, Germán Moldes, fiscal ante la Cámara Federal porteña, presentó ayer su renuncia. El escrito entregado en la sede de la Procuración General de la Nación señala que su renuncia a la estratégica fiscalía se hará efectiva a partir del 1º de noviembre próximo.
Moldes ocupa desde 1995 uno de los cargos clave en el engranaje de la justicia federal, donde se investigan -entre otros- los casos de corrupción cometidos por funcionarios públicos de la administración nacional. La fiscalía de Cámara tiene la facultad de sostener los recursos presentados por los fiscales de primera instancia contra las decisiones de los jueces o de desestimarlos. Y tiene la facultad de apelar ante la Cámara de Casación las decisiones tomadas por la Cámara Federal. Esa fiscalía es, por tanto, una de las llaves más importantes para impulsar o cerrar causas en la justicia federal.
Designado en su cargo por el gobierno del turco mufa, no tuvo una mala relación funcional con el kirchnerismo en los tiempos en los que Néstor Kirchner mandaba en la Casa Rosada. Hecho que cambió durante el segundo mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.
Moldes tuvo un bajo perfil público hasta principios de 2015. Fue uno de los organizadores e impulsores de la marcha que se realizó el 18 de febrero de aquel año para pedir que se aclare el modo en que murió el corrupto, inoperante y putañero fiscal Alberto Nisman. A partir de entonces criticó duramente a la ex presidenta de la Nación y actual candidata a vice por el Frente de Todos y hasta llegó a pedir su detención en la investigación de la causa de las fotocopias de los supuestos. Desde el kirchnerismo cuestionaron con vehemencia varias de las decisiones que tomó como fiscal de Cámara.
El 16 de septiembre pasado fue operado en el Sanatorio de la Trinidad porque tenía la carótida derecha obstruida. Los médicos le dijeron -según explicaron allegados al fiscal- que tuvo 23 micro infartos cerebrales previos a la cirugía a la que fue sometido. Su estado de salud es el que motivó la renuncia a su cargo, señalaron las fuentes.
Moldes se reunió ayer a la tarde con Eduardo Casal quien está a cargo interinamente de la Procuración General de la Nación y le entregó en mano su renuncia en la que pidió acogerse a su jubilación. El fiscal tiene el beneficio jubilatorio concedido desde junio de 2009 cuando el procurador General de la Nación era Esteban “Bebe” Righi.
Casado, cuatro hijos, tres nietos e hincha de San Lorenzo, Moldes escribió dos libros. Uno en 2009 llamado “Maquiavelo, hoy y mañana” y otro en 2016 titulado “Cuarenta iglesias romanas”. Sus colaboradores no descartan que luego de su jubilación tenga tiempo para escribir otro libro sobre algún aspecto histórico de la capital italiana.
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