El ex jefe de operaciones de la ex SIDE se presentó en el juzgado de Dolores y ratificó los planteos realizados por escrito, en los que también involucró a Carrió y Santoro como partes de distintas operaciones en su contra.
El ex jefe de operaciones de la ex SIDE, Antonio Horacio Stiuso, se presentó ante el juez Alejo Ramos Padilla y ratificó todo lo que había dicho en un escrito donde planteaba que él también fue perjudicado por la banda del falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio a través de testigos o imputados “guionados” que habrían intentado involucrarlo -según su teoría- en casos como el de la “mafia de los contenedores”, entre otros.
O sea, un ex espía que denuncia haber sido blanco de otros espías, orgánicos o inorgánicos según describió.
Su aparición en el expediente sobre espionaje ilegal sorprendió en julio último, cuando además señaló que junto con D’Alessio operaron para involucrarlo en causas judiciales la desquiciada diputada Elisa Carrió y el operador periodístico Daniel Santoro, algo que volvió a sostener en el juzgado de Dolores.
Stiuso se quejó de que desde que dejó su cargo a fines de 2015 fue blanco de operaciones de inteligencia y pidió ser aceptado como querellante, lo que le daría acceso a la investigación y la posibilidad de impulsar medidas. Lo mismo había dicho el lunes de esta semana en el juzgado federal de Luis Rodríguez, donde también requirió ser parte como damnificado con iguales argumentos. A su entender, lo persiguió el gobierno anterior, pero también el actual ya bajo las acciones de D’Alessio y sus aliados. El falso abogado que se decía agente de la DEA estadounidense tenía información en su poder que según Stiuso era usada para afectarlo de uno u otro modo. Al declarar ante Ramos Padilla y Rodríguez, donde respondió algunas preguntas, hizo eje en asuntos de la Aduana, por presentaciones judiciales en su contra vinculadas con ese ámbito. Según allegados a los expedientes, llevó documentación sobre ese y otros temas también ya que señaló que entiende que el modus operandi de darles el libreto a determinadas personas, a veces involucradas en los casos en danza, se habría repetido.
La posibilidad de que el ex espía sea querellante genera suspicacias en tribunales. En Dolores, como es conocido, se investiga una amplia trama de espionaje y aprietes. En el juzgado de Rodríguez, el foco es la denuncia por extorsión del ex despachante de Aduana Gabriel Traficante, quien relató un pedido de 500 mil dólares de parte de D’Alessio a cambio de salvarlo del expediente de “la mafia de los contenedores” que instruye el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky.
Traficante nunca fue citado ni detenido en ese caso. En un comienzo había dudas acerca de si la causa de Rodríguez sería utilizada como excusa en algún momento para atraer la que tramita (o parte) en Dolores, tal como quieren algunos de los involucrados, entre ellos el propio D’Alessio y el fiscal Carlos Stornelli. Por ahora no parece que este juez lo propicie. Los planteos de incompetencia de Ramos Padilla insisten desde otros ámbitos. La semana pasada lo volvió a plantear el fiscal Juan Pablo Curi y antes de la feria judicial el fiscal de Casación Raúl Plee pidió que lo defina la Corte Suprema.
Stiuso insistió con algo que había sostenido por escrito, que son las coincidencias con algunos de los personajes que aparecen tanto en la causa de Rodríguez, como rozados por distintos motivos en la de Aguinsky y en la de Ramos Padilla, que son Santoro -recientemente procesado en Dolores- y Carrió -imputada, aún sin fecha para indagatoria-.
Otro nombre que figura, como víctima, es el de Juan José Gómez Centurión, el ex titular de la Aduana. En el celular de D’Alessio y en su computadora apareció material de espionaje sobre este ex funcionario en la misma época en que lo denunciaba la beoda ministra de Seguridad, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, que lo vinculó con contrabando de efedrina. A la vez, el ex funcionario denunció a la ministra. Lo que planteó Stiuso es que le parecía llamativo que Carrió hubiera salido en defensa de Gómez Centurión en ese entonces, abiertamente. Carrió, en tanto, señaló el ex jefe de la ex SIDE, hizo presentaciones en su contra de él intentando comprometerlo con maniobras espurias en la Aduana, donde revistaba su amigo Damián Sierra, quien falleció. Sierra fue la persona que lo ayudó a salir del país después de su desplazamiento de la AFI.
Stiuso desparramó sospechas sobre Carrió, a quien también ligó con una aparente visita al narco Ibar Pérez Corradi -señalado por tráfico de efedrina y por el triple crimen de General Rodríguez- previo a su extradición. Y recordó el aparente vínculo de D’Alessio con esa situación. También que éste último está sospechado de ser un proveedor de información no sólo de Carrió sino de sus compañeras Paula Oliveto y Mariana Zuvic. Recordó la publicación de notas de Santoro sobre la causa de la mafia de los contenedores y su presencia en el juzgado de Aguinsky, donde presentó a D’Alessio como un posible proveedor de información.
En la computadora de D’Alessio secuestrada en su casa en el country Saint Thomas había documentos que anticipaban, por ejemplo, lo que declararía en aquella causa Gladys Fernández, quien estuvo implicada en el expediente. El falso agente tenía el speech de lo que después la mujer declaraba allí. También se halló documentación donde señalaba al propio Stiuso y a la actual número dos de la AFI, Silvia Majdalani junto con Darío Biorci. El ex jefe de operaciones cuestiona ese material e intenta convertirse en un personaje activo en las investigaciones de Ramos Padilla y Rodríguez. Habrá que ver qué deciden estos magistrados. La percepción en tribunales es que el relato del ex espía es algo confuso.
Fuente: nota de Irina Hauser para Página/12
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