De esta forma en lo que va del año los precios subieron 24,7%. Para agosto, por el salto del dólar se espera que avance hasta el 7%.
Lo que parecía que iba a ser una buena noticia para el régimen, que comenzaría a mostrar el éxito de la desaceleración de la inflación, pasó a ser un dato viejo.
El INDEC informó ayer que la suba de precios de julio alcanzó el 2,2%, la más baja del año y varias décimas menos que la de junio, y acumuló así una inflación de 25,1% en los primeros siete meses del año.
Sin embargo, la de agosto ya superará nuevamente el 4% (los economistas proyectan entre 4 y 5%) y la septiembre podría ubicarse en valores superiores al 6%, debido al salto brusco del dólar que se produjo tras el resultado electoral y la inestabilidad política.
De acuerdo con las cifras oficiales, la inflación interanual fue del 54,4%. Respecto de los rubros, la suba de precios de julio estuvo impulsada por el alza de las naftas, las prepagas, los alimentos y esparcimiento por las vacaciones de invierno.
El rubro salud trepó 4,1%; el de recreación y cultura, 3,9%; y alimentos y bebidas, 2,3%. También subió más que el promedio equipamiento y mantenimiento del hogar, con un alza del 2,5%. A su vez, la inflación núcleo fue del 2,1%, en tanto que los precios de los productos estacionales subieron 3,6% y los regulados, 1,8%.
En cuanto a los alimentos, el kilo de lechuga fue lo que más subió, con un 92,4%, en tanto que el kilo de cebolla trepó 32,8%. Los pañales descartables aumentaron 5,2%; el jabón en pan, 7,1%; la leche fresca entera en sachet, 4,7% y las galletitas dulces envasadas sin relleno, 4,7%. Bajaron el limón, 6,9%; el tomate redondo, 5,6% y el pollo entero, 3,9%, entre otros.
El número oficial se acercó al que proyectaron las consultoras a través del Relevamiento de Expectativas de Mercado ( REM), mediante el cual previeron una inflación del 2,4% para julio.
Gabriel Caamaño, de Ecoledesma, afirmó que "es difícil decir cuánto va a dar agosto y septiembre, ya que esto esta en pleno desarrollo". Sin embargo, agregó que espera una "aceleración significativa", como ocurrió en marzo, aunque con un ajuste del tipo de cambio ahora mayor.
"La demanda de pesos esta en pisos históricos y hay mucha incertidumbre. Ergo, lo esperable es que el traslado a precios, incluso a no transables, va ser relativamente rápida", afirmó Caamaño.
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