Matías Darroux Mijalchuk habló luego de que Carlotto diera lectura al tradicional comunicado que sintentiza la historia del nieto recuperado.
“Para nosotros es el premio más merecido que tiene nuestro país, una lucha que da resultados positivos como es el encuentro del nieto 130”, celebró con algarabía la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, junto al nuevo nieto recuperado, Javier Matías Darroux Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos desaparecidos en diciembre de 1977. A su lado el joven contó que decidió participar de la conferencia de anuncio “para contar su lucha, para que la sociedad conozca su caso y tal vez así tener información sobre sus padres y hermano”, que aún no fue recuperado.
Estela contó cómo fue el encuentro con el nieto recuperado al resaltar que fue Matías quien “inició su búsqueda” en Córdoba porque “tenía dudas” sobre su identidad. Después desde Abuelas pidieron la intervención a la Conadi, que ordenó los estudios. "El análisis dio positivo pero la causa de la desaparición de sus padres siguen abiertas”, aclaró. “Hoy las abuelas le damos la bienvenida, es un hermoso día”, celebró nuevamente antes de pasarle la palabra al nieto recuperado.
Matías habló luego de que Carlotto diera lectura al tradicional comunicado que sintentiza la historia del nieto recuperado. El joven es hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux. Su madre estaba embarazada de tres meses al momento de su desaparición, según contó la titular de Abuelas.
“Quiero más que nada agradecer. Quería hablar con el corazón y agradecerle a todos los que contribuyeron con la restitución de mi identidad”, resaltó Matías, quien destacó que las Abuelas y su tío “no perdieron la esperanza de encontrarme con vida”. “Gracias tío por no dejar de buscarme”, se emocionó.
“Tenía que ser consciente de que del otro lado me podían estar buscando. Varios de mis amigos tenían razón, mi tío me buscaba hace cuarenta años”, contó respecto a la decisión que tomó al acercarse a Abuelas, y alentó a que todos los que tengan dudas y “estén pasando por una situación similar a juntar coraje”.
“La restitución de mi identidad es una homenaje a mis padres, una caricia al alma”, continuó el nieto recuperado, quien explicó que para él su historia no está resuelta porque aún quiere saber qué pasó con sus padres. Al mismo tiempo destacó que estar allí le permite “encontrar a alguien que pueda ayudar a cerrar su historia”. “No hay nada más significativo que el abrazo con mi tío después de 40 años de búsqueda”, se emocionó.
Al momento de tomar la palabra, Roberto Mijalchuk estaba notablemente conmocionado. Con la voz quebrada contó que “empecé la búsqueda solo con 19 años. Tenía una hermana desaparecida, vivía con una madre enferma y mi padre era carpintero”. Pero tomó fuerza y fue hacia la calle Reconquista a ver a Abuelas. “Me llamaron tantas veces, nunca dejaron de llamarme”, destacó.
“Matías no era un desaparecido, estaba en el lugar equivocado, no estaba con la personas que eran de su sangre, estaba con personas maravillosas que le dieron tanto amor y lo adoptaron. Mati te amo desde lo más profundo del corazón”, señaló desde un comunicado que tuvo que seguir leyendo otra persona. “Un desaparecido es un muerto que vuelve todos los días. Con la llegada de cualquier boleta de un impuesto esperaba que fuera una carta de mi hermana contando que estaba viviendo en cualquier lugar del mundo”, dijo.
Roberto aseguró que con su madre siempre tuvieron la esperanza de encontrar a Elena y a Javier (el nombre que habían elegido sus padres para Matías) vivos. “Las esperanzas se fueron disipando con mi hermana pero nunca con Javier. Guardé todo un álbum de fotos para el momento en que viniese”, resaltó. Hasta que en un momento el banco de datos confirmó que había un 99,9 por ciento de certeza de que Matías Javier fuera su sobrino.
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