Los créditos hipotecarios Procrear Ahorro Jóven fueron lanzados en 2017. Ahora, la crisis económica dejó a la deriva a miles de personas y el régimen macrifascista no se hace cargo de la situación.
"Tanto mi esposa como yo comemos alitas de pollo y arroz todos los días hace 14 meses", expresó entre lágrimas Oscar, unas de las personas que tomaron un crédito Procrear durante la gestión de Cambiemos. La megadevaluación, el régimen y los bancos aniquilaron el sueño de la casa propia.
La línea Procrear Ahorro Jóven fue un relanzamiento del programa, ideado por el kirchnerismo, a mediados de 2017. De los 235.089 inscriptos, 40.000 beneficiarios de entre 18 y 35 años fueron seleccionados.
En aquel momento, se estipulaba otorgar préstamos para la compra de una propiedad que tenga un valor de hasta 60.000 Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), una unidad de medida creada por el Banco Central para fomentar el crédito hipotecario. La tasa contratada queda fija a lo largo de la vida del préstamo, la deuda queda establecida en UVAs, como así también las cuotas.
A pesar de que las subas de precios no incrementan los intereses que deben pagarse, sí aumenta la deuda total con el banco. Si vuelve a dispararse la inflación, también lo hará el pasivo final.
La propuesta admitía de dos a cuatro ingresos mínimos formales e informales. El ahorro mensual debía ser, como mínimo, de 200 UVAs (aproximadamente $4.230 en ese momento) y un máximo de 1.500 UVAs ($ 31.725). Por cada un UVA ahorrado, el Estado acompañaba con dos UVAs de subsidio. Es decir que el monto que entregaba el Estado era por el doble del ahorro acumulado.
El subsidio marcaba, como máximo, 12.000 UVAs, o $ 253.800. Al cumplir los 12 meses de ahorro, se podía gestionar un crédito hipotecario en el banco donde se había ahorrado o elegir uno nuevo.
Es decir, se podía adquirir una propiedad (con valores de ese momento UVA 18 y dólar a $ 20) de U$S 65.000. Pero la crisis cambiaria generó una tormenta que se llevó puesto miles de esperanzas.
Cambio de planes
Tras la megadevaluación, el régimen macrifascista reformó las reglas: el valor máximo de la propiedad pasó a 84.000 UVAs, el tope máximo de subsidio pasó a 16.800 UVAs y por cada 1 UVA ahorrada, el subsidio escaló a 2,8 UVAs.
Además, se estableció: la posibilidad de sumar un co-deudor- que debe ser familiar- para afrontar los costos, obtener un terreno con servicios (luz, agua, gas, etc) o inscribirse para escriturar una de las viviendas que integran desarrollos urbanísticos.
Sin embargo, los planes no funcionaron. De acuerdo a la Secretaría de Vivienda, de los 40.000 adjudicados sólo permanecieron alrededor de 15.000 personas.
"Los bancos están timbeando con el esfuerzo de mis ahorros. Es una estafa", sentenció Carlos. Él fue uno de los adjudicados con mejor puntaje que confió e el programa.
La gran estafa
Ahora, los bancos involucrados (Nación, Galicia, Hipotecario, Ciudad y Provincia), no admiten ingresos informales, dejando de lado a miles de personas. Además, como los montos estuvieron pesificados, la devaluación licuó los ahorros de los inscriptos de forma brutal.
Este es el caso de Oscar, que sufrió como muchos el desmanejo oficial. “Los sueldos quedaron muy por debajo de la inflación. Por ende, la poca plata que nos prestaría el banco no alcanza para nada”, expresó.
Con todo su esfuerzo, el monto total de su ahorro es de 27.000 UVAs, equivalente a $ 924.000 o U$S 21.200. “No hay viviendas de ese valor.'Voy a cuidar más las cosas del colegio y no quiero festejar mi cumpleaños, así tenemos para la casa', me dice mi hijo”, comentó.
Otro caso es el de Romina Brugnoli, una docente de La Matanza. Ella inició los trámites en el Banco Ciudad, ya que el Banco Provincia todavía no se había adherido a Procrear a mediados de 2017. Cuando la entidad provincial se unió, ella intentó traspasar su ahorro a la entidad donde tiene su cuenta sueldo y podría obtener una tasa preferencial. Sin embargo, sin ninguna razón, el banco no la admite.
No solamente eso. Romina, ante semejante injusticia, quiso apelar al paleativo de inscribirse en el desarrollo urbanístico de Ciudad Evita, pero ese lote fue comprado por el Banco Provincia. “Me están negando la posibilidad de tener una casa propia. El plan es un desastre por donde se lo mire”, afirmó.
¿Qué es lo más irrisorio? La opción de lotes con servicios - por ejemplo en el caso de Romina- ofrece terrenos en el partido de La Costa. La distancia es de 380 kilómetros. “Trabajé muchas horas para llegar con los costos, suspendí salidas, vacaciones, di de baja servicios. La tarjeta la tengo en rojo por las cosas que tuve que solventar para que hoy no tenga nada”, dijo con tristeza.
Fuente: nota de Rodrígo Núñez para El Destape web
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