La tensión de los mensajes cruzados entre el ex funcionario y el dirigente social había levantado polvareda en las últimas horas. ¿Habrá paz?
Como suele suceder habitualmente, el ex ministro Julio De Vido publicó el viernes en su cuenta de Twitter un agradecimiento a quienes lo visitaron en el penal de Marcos Paz.
Nada llamativo hasta allí. Sin embargo, hubo esta vez un nombre que llamó la atención, especialmente por el momento en que se produjo la visita.
Se trata de Eduardo Valdés, el ex embajador ante la Santa Sede durante el gobierno anterior. ¿Por qué llama la atención? Porque Valdés es un hombre estrechamente ligado al Papa Francisco, y su encuentro con De Vido se produjo pocas horas después del encontronazo que protagonizaron en las redes sociales el ex ministro de Planificación con otra figura muy ligada a Bergoglio: el dirigente social Juan Grabois.
En declaraciones periodísticas y durante la presentación de su nuevo espacio político, el Frente Patria Grande, Grabois había insistido con alentar un regreso al poder de Cristina Fernández de Kirchner, "pero sin los corruptos".
Sintiéndose aludido por estas palabras, De Vido pubicó una larga carta en la cual, bajo el título de "Atento y vigilante", lo acusó de "pesudo moralista", lo instó a que diga con nombre y apellido a quiénes se refería y señaló que el referente de la CTEP le "da asco".
Pero todo no terminó allí, ya que Grabois respondió, también desde las redes sociales: "Ni yo soy vigilante ni vos un héroe de la resistencia peronista. Somos millones los que queremos que CFK vuelva pero sin los corruptos. A quien le quepa el sayo, que se lo ponga; y el que no, que tenga dignidad y no debilite al campo popular".
¿Habrá sido el largo brazo pontificio el que envió a Valdés hasta Marcos Paz para dialogar con De Vido y poner paños fríos, o apenas una coincidencia de fechas?
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