Con la venia del Papa Francisco, la Multisectorial 21F que integran más de 950 organizaciones sindicales, políticas y sociales de todo el país apura el armado de un gran frente nacional opositor, que aglutine a todas las alas del peronismo y otras expresiones políticas encaradas a Mugrizio Macri Blanco Villegas, para competir en las elecciones presidenciales de 2019. Un fantasma recorre la Argentina.
Una hora de charla amiga en el segundo piso de la Residencia de Santa Marta alcanzó. "Está cansado, pero en paz". Desde Guardia de Hierro a la Tendencia Piquetera Revolucionaria, pasando por La Cámpora y hasta Nuevo Encuentro. Todos con los pies en el mismo plato. Sin sectarismos ni exclusiones. Sin grietas. Resistencia sindical y defensa de los convenios colectivos de trabajo. "Si el gobierno de Macri es reelecto corre peligro la integridad de la Patria", estimó el obispo sin sotana a su regreso de Roma. "La riqueza natural de la Argentina está en disputa porque el líder mundial es argentino", analizó el confidente bergogliano. Esta puesta en escena genera un temor inédito para la historia nacional: el avance del separatismo, las convulsiones internas y una eventual disgregación territorial para generar caos en el país del Papa. El famoso "divide y reinarás".
La militancia está más a la altura que la dirigencia. El 21F pregona la unidad de todas las corrientes del campo popular para dirimir candidaturas en una mega PASO. Cuando se dice todos, es todos, repiten. El remordimiento del Movimiento Evita, el café entre Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Daer, la misa de Julián Domínguez en Luján, el regreso de Hugo Moyano al PJ y el alejamiento de Felipe Solá del Frente Rejuntador demuestran que el designio avanza. El Senado esconde al hueso más duro de roer. Este tipo de armado no es nuevo. En el Vaticano lo conocen a la perfección.
Solidaridad fue el nombre con el que se bautizó en 1980 a la federación sindical polaca que desterró al comunismo soviético de ese país para regresarlo a las huestes del catolicismo liberal conservador. Nació de la lucha obrera por la libertad sindical, unió a 10 millones de personas y fue uno de los responsables de la caída del fantasma del comunismo en Europa del este. Los líderes de aquel movimiento incandescente fueron el sindicalista Lech Walesa y Karol Wojtyla, más conocido como Juan Pablo II.
En solo diez años, el carpintero Walesa fue regente de las históricas huelgas ilegales del Astillero de Gdansk (Lenin), dirigió decenas de comités gremiales clandestinos, enfrentó con su cuerpo al férreo gobierno de la URSS, permaneció 11 meses preso por razones políticas, ganó un Premio Nobel de la Paz que no pudo ir a recibir y llegó a presidente de Polonia en 1990. Todo, bajo el manto de aquel Papa, exarzobispo de Cracovia. Desde el trono de San Pedro, Wojtyla apoyó abiertamente la aventura de Walesa y se convirtió el principal impulsor de la "democratización" de Europa oriental. Iglesia y sindicatos de la mano, en el mismo camino, con un objetivo común.
Lech Walesa y Karol Wojtyla (Juan Pablo II). |
A 38 años de la incursión polaca del fallecido Wojtyla, el terreno se allana para una réplica criolla. Una misma persona une las dos historias a través del tiempo y las distancias: Marcelo Sánchez Sorondo.
El actual canciller de las academias pontificias fue el articulador designado por Juan Pablo II para desparramar Solidaridad por Polonia.
Hoy, carga con la misma mochila para la Argentina y es uno de los consignatarios de Francisco en la relación vaticana con China. De la mano de opulentos empresarios orientales como Nianbo Wu, Sorondo transita la huella que dejó Matteo Ricci.
El Papa se acercó al gigante asiático por historia y necesidad. Lo hace a través de un foro interreligioso. Las tensiones con Donald Trump facilitaron el trabajo. El estadounidense retiró a su país del COP21 de París, barrió las metas sobre desarrollo sustentable que impuso el Vaticano para la Agenda 2030 de la ONU y rompió el pacto nuclear con Irán, a pedido de Israel. Trump hizo todo lo contrario a lo que propuso Francisco para garantizar el cuidado de la "Casa Común". Por ese motivo, se acercó a China. Por ese motivo, miles de inmigrantes se refugian en establecimientos religiosos mexicanos para descansar la marcha. La "nueva iglesia" del Papa es la de América latina, Asia y África. "México es la esperanza", rezan cerca suyo.
Sorondo brinda el marco institucional para el juego político clerical. Un año atrás abrió las puertas de Santa Marta a los Camioneros y poco después disertó en la CGT como enviado del Papa. Trascendió que organiza para diciembre el último coloquio pontificio de la saga "Ética en Acción", que no causalmente se celebrará en China. Allí viajará una comitiva argentina. Los encuentros del canciller reúnen a líderes mundiales de las más variadas disciplinas y el más alto nivel. Jeffrey Sach, economista y asesor directo del secretario general de la ONU, lo escolta. Gustavo Béliz en nombre del BID, también. Sach fue el promotor de la fallida candidatura de Bernie Sanders, el demócrata de izquierda que se enfrentó a los Clinton en las internas previas al inesperado triunfo de los republicanos. El canciller y Sach entrelazan con Asia para restituir las metas de desarrollo en la ONU y la vigencia el tratado de París, que fueron suscriptos por casi 200 países, y que Trump condenó al olvido. Sach lidera un grupo de "desencantados" con Trump, que se apoyan en el Vaticano para acercarse a China, y que hoy son una amenaza para la Casa Blanca.
Bergoglio apuesta a China. Cree que el acuerdo estratégico con Xi Jinping por el nombramiento oficial de obispos es el "motivo real" de los virulentos ataques mediáticos en su contra. Dice que buscan dañar su imagen a nivel global. En el Vaticano señalan, entre otros, a la cadena Fox News. También a los hermanos Kosh, herederos de un imperio petrolero y propietarios de la segunda empresa privada más grande de Estados Unidos. De origen alemán y ultraconservadores, los poderosísimos Charles y David Kosh poseen una extensa red de influencias que traspasan los duros muros del Vaticano. Los imputan por querer capturar la mayoría del Colegio Cardenalicio, encargado de nombrar en el futuro al Papa N° 267. No pudieron. No los dejó. Analistas internacionales aseguran que la telaraña Kosh incluso llegó a Brasil, donde el candidato preferido de los magnates ganó las últimas elecciones. El conglomerado empresarial Kosh factura más de U$S 100.000 millones al año. Los dos hermanos poseen la décima fortuna más grande del planeta.
Jorge Bergoglio (Francisco) y Marcelo Sánchez Sorondo |
Los tiempos se aceleran. Las acciones -y reacciones- se multiplican.
Los objetivos son los mismos: construir, de la periferia al centro, los consensos necesarios para lograr un desarrollo justo y sostenible, y enfrentar las situaciones difíciles que no solo afectan a "desamparados y olvidados", sino que "amenazan el futuro de la humanidad entera". Así lo manifestó Bergoglio ante la cumbre interreligiosa del G20 en septiembre pasado. Así se lo expresará el 21F a los líderes mundiales que aterrizarán en Buenos Aires a fin de mes. El 20 de noviembre, día de la militancia, la regional 21F del NEA se moviliza en defensa del agua.
El inminente desembarco de los presidentes de las naciones más ricas concentra las miradas sobre la Argentina. La agenda del G20 se vincula al negocio del petróleo y las finanzas, muy lejos de lo exigido en la encíclica Laudato Sí. En ámbitos eclesiásticos creen que es la oportunidad perfecta para dejar en evidencia los perjuicios argentinos de la sociedad entre Macri Blanco Villegas, Trump y el premier israelí Benjamín Netanyahu. Habrá que seguir con atención las palabras de Sánchez Sorondo en la anticumbre organizada por CLACSO en Ferro.
La semana pasada Francisco interrumpió su actividad en el Sínodo de Obispos para recibir a dos dirigentes del 21F. Los visitantes cruzaron el Atlántico con pocas expectativas. La sorpresa los desbordó. "Sabía que venían", les dijo sonriente antes de abrazarlos.
El Pontífice sufre los embates de un hombre de 83 años que nunca para. La curvatura de la espalda lo deja expuesto. Trabaja día y noche. Almuerza y cena en soledad. Dedica el tiempo de descanso a las lecturas. Está totalmente comprometido con sus causas. El cardenal filipino Luis Antonio Tagle y Gokim puede esperar.
En la misa pública donde estuvieron los enviados de la Multisectorial, el Papa ubicó a sus coterráneos en un lugar privilegiado del "corralito" de la Plaza San Pedro: los activistas aprovecharon para mostrar a los ojos del mundo las consignas locales. Paz, pan y trabajo. Los atiborró de regalos piadosos, les bendijo cajas repletas de crucifijos y estampó su firma en varias remeras. Una de las casacas firmadas provocará alivios y revuelo. En tiempos donde la gestualidad gobierna el acto de la comunicación, el autógrafo de Francisco parece ser la modalidad preferida para demostrar estrecha afinidad. Por ahora, las fotos con políticos argentinos están vedadas. "Todos los días rechaza decenas de pedidos de audiencias", aseguran en Roma.
De regreso a la Argentina, los oyentes del 21F brindaron un informe reservado. La unidad de la oposición solo se concretará con el "renunciamiento" masivo a las aspiraciones personales. La táctica es unir al peronismo de cara a las elecciones 2019 y frenar el avance del "capitalismo salvaje" y los partidos que sostienen el neoliberalismo económico como modelo de país. La estrategia, aplicar el plan polaco. En tres meses el Papa recibirá a una importante delegación internacional que marcará el rumbo definitivamente. Confiados en el método y con amplio respaldo vaticano, en el 21F se hacen ilusiones hasta con un candidato propio. "Ojo que está midiendo muy bien", invocan entre risas socarronas.
Fuente: nota de Sebastián Penelli para Ámbito.com
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