Durante el acto de inauguración del viaducto de la estación Saenz del Belgrano Sur, el ex hijastro de Flavia Palmiero recalentó la interna con el alcalde porteño.
La caripela de Rodríguez Larrata lo dice todo |
Miauricio Macri Blanco Villegas aprovechó la inauguración del viaducto de la estación Saenz del Belgrano Sur, en Pompeya, para marcar la cancha en la interna abierta con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larrata. "Seguiré ahí, donde me toca ahora, tratando de aportar desde una oposición constructitva", afirmó el retrasado mental parado al lado del alcalde porteño, quien lo escuchó con gesto adusto, en un acto cerrado para las cámaras.
"Todos creemos que se puede, porque todos hemos entendido que jamás nos tenemos que volver a resignar", completó el hijo bobo de Franco Macri su mensaje como futuro referente opositor. Además de Rodríguez Larrata también estuvo presente el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, uno de los ministros salientes, que desde la derrota del 27 de octubre buscan refugio en el Gabinete de la CABA.
El idiota confeso se encargó de destacar que en la ciudad de Buenos Aires continuará el modelo PRO tras "12 de años de proceso de transformación", tomó como cita de autoridad de los cambios que se ven a su "amigo Ramón Díaz, que viaja mucho por el mundo", pidió un aplauso para Rodríguez Larrata por ser el primer jefe de gobierno electo en primera vuelta y subrayó que en los últimos 4 años nación y ciudad fueron "un solo equipo". El jefe de Gobierno le respondió con una incómoda palmada en el hombro.
El acto -nutrido por funcionarios, algunos vecinos invitados y seguridad privada- fue para inaugurar el viaducto de la estación Saenz y el ex jefe de gobierno durante dos mandatos señaló que se trataba del tercero inaugurado en cuatro años -todos durante la gestión Larrata- después "de medio siglo sin viaductos nuevos en la Ciudad", destacó y fue corregido por Dietrich, quien le indicó que eran 100 años y no 50.
El ex hijastro de Flavia Palmiero saliente intentó trazar un paralelismo entre las barreras de tren removidas en la ciudad y sus cuatro años de gestión de "remover barreras", y no solo con las que tienen que ver con infraestructura, para hablar de cómo la Argentina estaba "aislada del mundo" y cómo "consolideron bases para la transformación".
Entres las bases de su legado, el pelotudo hijo de puta se apoyó en Dietrich para destacar la "infraestructura de conectividad", en rutas y caminos, que "le va a permitir al gobierno que viene seguir transformando", a pesar del reciente lapidario informe Unidad de Auditoría Interna de Vialidad Nacional de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
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