martes, 26 de noviembre de 2019

Caso Próvolo: condenaron a 45 y 42 años de prisión a los curas Corbacho y Corradi, por abusar sexualmente a niños sordos e hipoacúsicos

Los religiosos fueron condenados por "abusos sexuales agravados con y sin acceso carnal y corrupción de menores" y recibieron penas similares a la solicitadas por la Fiscalía. 


Los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi fueron condenados ayer a 45 y 42 años de prisión, respectivamente, por haber abusado sexualmente a niños y adolescentes sordos e hipoacúsicos en el ámbito del Instituto Próvolo. En tanto, el jardinero Armando Gómez fue condenado a 18 años de prisión.

Los religiosos Corbacho (59) y Corradi (83) y el jardinero Gómez (57) llegaron al juicio como acusados de abusos de menores sordomudos e hipoacúsicos en centros educativos de La Plata y Mendoza gestionados por el Instituto Próvolo.

Corbacho había sido imputado por 16 hechos, mientras que a Corradi lo acusan por seis y a Gómez por otros seis, en una causa que tiene una decena de víctimas de entre 4 y 17 años de edad.

La sentencia se difundió a puertas cerradas por tratarse de delitos de acción privada, explicaron fuentes del tribunal a cargo del caso, formado por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Crivelli.

Durante los alegatos, la Fiscalía pidió 45 años de prisión para los sacerdotes, mientras que los querellantes solicitaron la pena máxima de 50 años, y la defensora oficial solicitó la "nulidad de todas las acusaciones" o "la absolución de los acusados".

Los fiscales Alejandro Iturbide y Gustavo Stroppiana imputaron a Corbacho por 16 hechos, que incluyen "abusos sexuales agravados con y sin acceso carnal y corrupción de menores", y a Corradi por cinco hechos de "abuso sexual y corrupción de menores". En ambos casos las acusaciones están agravadas por el "carácter de ministro de culto y por ser los encargados de la guarda de los menores de 18 años".

En tanto, al jardinero Gómez, para quien la Fiscalía pidió 22 años y medio de prisión, se lo acusa de cuatro hechos de abusos sexuales.

El debate, que comenzó el 5 de agosto y demandó 49 jornadas, se realizó también a puertas cerradas y contó con la participación de intérpretes de lenguaje de señas.

Psicólogos y psiquiatras que declararon ante el tribunal coincidieron en señalar que los testimonios de las víctimas son "coherentes y verosímiles".

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