sábado, 26 de octubre de 2019

Macri Blanco Villegas almorzó con ministros en Olivos y monitoreó los movimientos en el mercado de cambios

El ex hijastro de Flavia Palmiero -con optimismo rayano en la irracionalidad- aseguró durante un asado con su gabinete que recortará la distancia con Alberto Fernández y llegará al balotaje del 24 de noviembre.


Miauricio Macri Blanco Villegas, envuelto en la nube de pedo en la que vive, jura que llegará a la segunda vuelta con Alberto Fernández, pese al abrumador resultado adverso en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). 

Durante la mañana de ayer, el retrasado mental monitoreó en Olivos la cotización del dólar y al mediodía compartió un asado informal con su gabinete, a pocas horas de los comicios generales. A la cita faltaron el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich -que esta preparando la fiscalización de las elecciones- y el titular de la cartera de Defensa, Oscar Aguad, que se quedó en Córdoba tras el cierre de campaña.

Antes que llegaran los ministros a Olivos, el hijo bobo de Franco Macri recibió información clasificada desde el Palacio de Hacienda y el Banco Central. El subnormal pretende que el dólar no despierte su sueño electoral y eso implica que las reservas del Banco Central puedan mermar inexorablemente.

Cerca del despacho que el idiota confeso usa en la quinta presidencial, Marcos Peña Braun lideraba una reunión con sus asesores en comunicación para hacer un balance de la gran Gira Despedida y organizar la agenda mediática para el domingo de elecciones. Estaban Jaime Durán Barba, Iván Pavlovsky, Fernando de Andreis y Santiago Nieto, entre otros funcionarios y contratados del Poder Ejecutivo.macrifascismo

Como ya no se contratan encuestas electorales y el formato de campaña no fue su decisión estratégica, Durán Barba se mantuvo bastante callado en el cónclave realizado en la “casa sustentable” que se levantó en Olivos. El gurú ecuatoriano sólo preguntó sobre el cierre de campaña en Córdoba –donde otra vez participó la tilinga explotadora de trabajadores textiles esclavos Juliana Awada– y a continuación Peña Braun confirmó el ritual de Cambiemos en los días de votación: desayuno en el Tortoni con Horacio Rodríguez Larrata y Macri Blanco Villegas votando cerca del mediodía en la escuela Wenceslao Ponce en Palermo.

Cuando promediaba la reunión convocada por el ministro coordinador, el ex hijastro de Flavia Palmiero ingresó sin avisar. Hubo aplauso generalizado y felicitaciones mutuas. “Gracias por el trabajo, el mérito es de ustedes. En especial de Marcos”, dijo el infeliz al equipo que diseña y ejecuta la comunicación oficial.

Tras el recreo con Peña Braun y su asesores, Macri Blanco Villegas regresó a su agenda cotidiana. Su atención esta en la economía y el constante retiro de dólares en los bancos públicos y privados. El retardado apuesta a la segunda vuelta, pero si ello no ocurriera, no quiere que las arcas del Banco Central aparezcan diezmadas por la crisis económica y financiera. El sorete mal cagado ya no tiene contacto informal con Fernández, pero sabe de su preocupación sobre las reservas y desea hacer una transición ordenada si el domingo no puede cumplir su sueño electoral.

Mientras Macri Blanco Villegas recibía la información de la City financiera -vía Banco Central y el Palacio de Hacienda–, Peña Braun saludaba a los ministros que llegaron a Olivos para compartir el tradicional almuerzo de los viernes. En el quincho, para comer un asado a punto, Rogelio Frigerio, Jorge "medio polvo" Faurie, Dante Sica, Andrés Ibarra, Carolina Stanley, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón y Germán Garavano, entre otros ministros. El pelotudo hijo de puta se sumó a la comida, aunque su teléfono no dejaba de vibrar con novedades que llegaban desde la City. El dólar no dio respiro, a pocas horas de los comicios.

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