Cómo fue la visita del ex hijastro de Flavia Palmiero al nuevo pabellón de la Ciudad Universitaria conocido como Edificio Cero + Infinito y cuál es la verdadera historia de su construcción.
El lunes 8 de julio, Miauricio Macri Blanco Villegas visitó las obras del nuevo pabellón de la Ciudad Universitaria de la UBA, asignado a su Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, conocido como Edificio Cero + Infinito.
La construcción, prácticamente finalizada, fue diseñada por el famoso arquitecto uruguayo Rafael Viñoly y albergará a los Departamentos de Computación y Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, el Instituto de Cálculo, aulas para cursadas, seminarios e informáticas.
Lo preocupante es que en el video de la visita, difundido en las redes sociales, se ve al retrasado mental sonriente y orgulloso dando a entender que se trata de una obra de su régimen, que se habría iniciado y terminado en 2 años y medio dentro de su mandato.
En realidad todo se inició en 2006, el estudio de factibilidad fue realizado entre 2008 y 2010, y el 18/02/2011 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió en su despacho a Viñoly y a Sebastián Ceria, un graduado de la facultad que apoyó el proyecto desde su inicio.
Con el apoyo explícito de la ex presidenta al proyecto, éste avanzó. Entre los años 2012 y 2014 el exministro Barañao tramitó el financiamiento externo y en 2015 el ex ministro Kicillof aprobó el crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) que financió la obra. La misma fue licitada en julio de 2015 y adjudicada en octubre de ese año.
Quizás no deba llamar la atención que un presidente quiera colgarse las medallas de hechos que no son obra exclusiva de su gobierno, pero en política electoral, como probablemente en cualquier otra actividad, el ocultamiento de la verdad es sinónimo de mentira.
Pero hay un dato más, no menos preocupante, de la acción del subnormal. La visita se produjo en un feriado en que la facultad se encontraba sin estudiantes ni profesores, quizás porque de estar presentes, habrían incomodado al ilustre visitante con sus reclamos por las políticas de ajuste en ciencia, educación y salud de su régimen.
Más aún, tampoco se encontraban presentes los anfitriones naturales de la casa como son el Rector de la UBA o el Decano de la facultad. El idiota confeso entró porque algún empleado de menor rango del ex-Ministerio de Ciencia le abrió la puerta a una dependencia de una institución que tiene autonomía por ley nacional. Ni siquiera podemos decir que el retardado entró a su casa, es decir a su "alma mater", ya que no estudió en la UBA sino en la Universidad Católica Argentina.
Es decir, la máxima autoridad de la Nación hizo una visita furtiva, adjetivo que el diccionario define para aquello que se hace a escondidas o de manera disimulada y cuya etimología remonta al sustantivo latino fur, cuyo significado me reservo pero que, en la derivación al castellano, cambiando la efe por una hache, dio la palabra hurto.
Fuente: nota de Alberto Kornblihtt (*) para Página/12
(*) Investigador Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires.
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