El vende humo líder del Frente Rejuntador ya tiene mandato para acordar. Opciones: PASO, listas legislativas y empresas estatales.
Después de recibir el visto bueno por parte del Congreso del Frente Rejuntador, las negociaciones entre Sergio Massa y los armadores del Frente Patriótico, que se vienen desarrollando lentamente desde fines del año pasado, salieron a la superficie.
El acuerdo para confluir hacia “una nueva mayoría” que desplace al macrifascismo en las próximas elecciones está avanzado, aunque todavía resta ver cuál será el rol del ex intendente de Tigre, que además puso una serie de condiciones para incorporarse al armado opositor.
Las negociaciones suceden en tiempo real y podrían resolverse este mismo fin de semana, según fuentes del massismo y del Instituto Patria.
Tironeado entre sus bases, que necesitan arrimarse a un espacio potente para sostener en octubre sus cuotas de poder, y los compromisos con actores centrales del llamado Círculo Rojo, que hasta último momento esperan hacerlo desistir de su aventura conjunta con el kirchnerismo, Massa parece haberse inclinado, finalmente, por los primeros. De todas formas, hasta los dirigentes más cercanos a él advierten sobre su naturaleza imprevisible y no descartan un nuevo giro sorpresivo antes del 22 de junio, cuando cierren las listas. Después de todo, ayer mismo, mientras negociaba con el PJ la alquimia de una coalición amplia, aseguraba a sus socios de Alternativa Federal que no sacaría los pies de ese plato.
El experimento que fundó el senador Miguel Angel Pichotto naufraga entre la falta de votos; las oscilaciones de Massa y Roberto Lavagna, únicos dirigentes de ese espacio capaces de encabezar una propuesta competitiva; la fuga precipitada de los gobernadores hacia el Frente Patriótico y la desidia del cordobés Juan Schiaretti, que luego de triunfar con números récord en su provincia eligió tomarse unas vacaciones, mitad de placer mitad por cuestiones de salud, antes que ponerse al frente de la aventura, como le reclamaron empresarios, diplomáticos extranjeros y dirigentes políticos que no se resignan a enfrentar el regreso de un peronismo arisco con la desgastada candidatura de Miauricio Macri Blanco Villegas.
Un acuerdo entre Massa y los Fernández sería la estocada final para esa iniciativa. Después de descartar cualquier posibilidad de acuerdo con Cambiemos, el ex intendente de Tigre evalúa, por estas horas, desde qué lugar empujará el carro opositor en los meses venideros. La posibilidad de participar de una primaria, en la que también se anotó Daniel Scioli, está latente. Él aún se imagina que Cristina Fernández de Kirchner puede dar un paso al costado y que, en ese escenario, tiene chances de vencer a Alberto Fernández en las PASO. Desde el Instituto Patria descartan taxativamente que pueda haber cambios en la fórmula a esta altura.
Hay algo que está claro: Massa no irá a internas para perder por goleada, como hicieron Ernesto Sanz o Elisa Carrió en Cambiemos en 2015. Tampoco será, a esta altura del partido, candidato a gobernador bonaerense. Ya es demasiado tarde para aceptar esa oferta, que por otra parte nunca le interesó. La participación de su mujer, Malena Galmarini, en la fórmula, también parece una hipótesis remota en este momento. Es muy posible que el tigrense decida, finalmente, dejar pasar este turno electoral y negociar, a cambio de su apoyo, lugares en las listas para la legislatura bonaerense, donde tiene su principal base de sustento y algunos espacios clave en la cámara de Diputados para sus principales espadas parlamentarias.
Desde el búnker del Frente Patriótico le ofrecieron también un lugar para él en un eventual gabinete, pero Massa preferiría reservarse para competir por una banca en 2021 y desde allí catapultarse nuevamente como precandidato presidencial. Con ese plan en mente, puso sobre la mesa de negociación algunas de las cajas más importantes con las que contaría la próxima gestión.
En concreto, pidió poner gente de su confianza al frente de la ANSeS, de YPF, del PAMI y de Aerolíneas Argentinas. Al cierre de esta nota, las negociaciones seguían su curso, mayormente por vía telefónica, en forma directa entre los dos precandidatos, sin intermediarios. Si avanzan, en los próximos días repetirán el encuentro que mantuvieron la semana pasada. Esta vez, no sería secreto.
Fuente: nota de Nicolás Lantos para El Destape web
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