"Esto no es relato", afirmó el ex hijastro de Flavia Palmiero al inaugurar la megaobra porteña. Lo acompañaron Rodríguez Larrata y Vidal, sin que nadie entediera bien qué mierda tenía que hacer la gobernadora fascista bonaerense en la inauguración de una obra en la CABA.
En un acto con un fuerte tono de campaña, Miauricio Macri Blanco Villegas inauguró ayer el Paseo del Bajo junto a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larrata y machacó con el discurso electoral elegido para diferenciarse del kirchnerismo: "esto no es relato, es progreso real".
"Este pavimento no es relato, esto es real, esto que estoy tocando acá es real", dijo el rerasado mental mientras se agachaba para acariciar el corredor vial de 7 kilómetros que une el norte y el sur de la ciudad de Buenos Aires, la gran obra del macrifascismo para mostrar durante la campaña.
"Esta obra es un ejemplo, lo que está pasando hoy es un ejemplo casi perfecto de lo que pasa en todo el país", afirmó el idiota confeso, que junto a Vidal y Larreta llegaron al lugar del acto a bordo de un camión. "Una obra como esta es más importante que miles de discursos, que millones de palabras, que todas las teorías que podamos tener, porque esto es real. Esto es progreso real", insistió.
"1962 fue la primera vez que se empezó a planificar esta obra, o sea, hace 57 años. Yo todavía no iba al jardín, Horacio no había nacido, menos María Eugenia", dijo repitiendo un recurso que ya había utilizado durante la inauguración del viaducto del Mitre y que parece que será el tono de toda la campaña. "¿A dónde fue a parar el dinero de los argentinos durante tantas décadas?", remató.
Luego, fue más directo en marcar la contradicción con el kirchnerismo al recordar el caso de José López. "Dijimos 'basta obras que empiezan y nunca terminan'. 'Basta la mentira', 'basta la trampa', 'basta la corrupción'. Decidimos apostar al trabajo, decidimos terminar con que los recursos de los argentinos terminen en manos de unos vivos que vuelan con bolsos por el aire. Decidimos terminar con todo eso, con la patota y con la mentira", indicó.
Acaso en un movimiento pensado por sus estrategas, casi al mismo tiempo que el subnormal inauguraba el Paseo del Bajo, las coberturas televisivas le daban un contraste inmejorable: Cristina Kirchner salía de su departamento de Recoleta rumbo a Inodoro Py para la segunda jornada del juicio por corrupción en obras viales.
"Esto que hemos hecho es cambiar. Es dejar de darle la espalda a las cosas importantes que nos permiten crecer", continuó el hijo bobo de Franco Macri, que en los últimos días se mostró casi a diario en el Paseo del Bajo. "Nunca debimos resignarnos y nunca nos vamos a resignar, porque los argentinos podemos, los argentinos sabemos cómo, y cuesta, claro que cuesta, todas las cosas cuestan. Pero, hay que hacerlas, aunque no se vean", remarcó antes de cerrar con el patético "sí, se puede".
El Paseo del Bajo es un corredor vial de 7,1 kilómetros 25 de Mayo, Buenos Aires-La Plata e Illia y facilita los accesos al Puerto de Buenos Aires y a la Terminal de Ómnibus de Retiro. La construcción comenzó en enero de 2017 y demandó una inversión de 650 millones de dólares.
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