El jefe de gabinete se encontró con un clima hostil en una charla con jefes de campaña e intendentes. El fallido.
Marcos Peña Braun Menéndez vivió un momento de tensión en un encuentro del PRO bonaerense en el que se mezcló la interna de Miauricio Macri Blanco Villegas y María Eugenia Vidal.
La gobernadora fascista bonaerense enfureció esta semana luego de que desde la Rosada filtraran a los medios que en el laboratorio electoral del PRO estaban considerando llevarla como candidata a vicepresidenta del retrasado mental. El entorno de Vidal atribuyó esas versiones al jefe de gabinete, el principal detractor del "Plan V".
Dos días después de ese choque, Peña Braun Menéndez fue uno de los oradores de la charla que organizó el intendente de Vicente López, titulada "La comunicación en campañas electorales locales", de la que participaron intendentes, jefes de campaña y directores de comunicación de los candidatos bonaerenses.
La tensión se vivió desde el "Buenos días" del ministro coordinador que no fue correspondido por el público. "¡Buenos días!", insistió y preguntó: "¿están dormidos?".
La respuesta tampoco fue la que esperaba y el funcionario intentó salir del apuro con una broma: "Van a decir que nuestro equipo no está motivado, ¿están motivados?".
El rictus del jefe de gabinete se endureció cuando no obtuvo respuestas del auditorio. Por esa razón, la charla que se había pensado como otra más de las tantas en las que Peña Braun Menéndez motiva a "la tropa", adquirió un tono político. La elocuente ausencia de Federico Salvai, mano derecha de Vidal, que estaba invitado, fue otro de los datos sobresalientes del acontecimiento.
En un momento, el jefe de GAbinete tuvo un fallido que hizo recordar al que tuvo Diego Santilli esta misma semana, cuando casi se le escapa que la candidata es Vidal.
"Tenemos que entender que el electorado hoy está dividido en tres: están los que quieren a Macri, los que quieren a Cristina y los que se dividen entre Macri o Vidal", aseguró Peña Braun Menéndez y desató las risas de la audiencia.
Notoriamente nervioso, el sorete mal cagado se corrigió: "Perdón, perdón, Macri o Cristina". Por suerte para el funcionario, Jorge Macri pidió a los presentes que no filmaran el encuentro, porque se trataba de una "charla amena dentro del equipo".
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