miércoles, 5 de febrero de 2020

Uno menos: murió el corrupto juez federal Claudio Bonadio

El magistrado, de 64 años, había sido operado de un tumor cerebral el año pasado y tras la feria judicial no había regresado a Inodoro Py. En los últimos años instruyó las principales causas armadas contra ex funcionarios kirchneristas. Falleció en su casa de Belgrano.



El corrupto juez federal Claudio Bonadio murió ayer a la mañana en su casa, en el barrio porteño de Belgrano. Tenía 64 años y había sido operado de un tumor cerebral en mayo del año pasado. Al frente del Juzgado Federal de Instrucción número 11, integró los Tribunales de Retiro durante más de 20 años. 

En el último lustro tuvo en sus manos las principales investigaciones contra ex integrantes de los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, inclusive aquellas que la tuvieron a la ex mandataria y actual vicepresidenta como principal acusada.

La elevación a juicio oral de la causa de las fotocopias de los cuadernos, en la que acusó a Fernández de Kirchner de ser jefa de una asociación ilícita dedicada al cobro de sobornos, fue una de las últimas decisiones que tomó como magistrado. Antes de la finalización de la feria judicial de verano había solicitado extender su licencia hasta marzo. Ante su decisión de no regresar a Inodoro Py, lo reemplazó como juez subrogante su colega Sebastián Casanello.

El pedido de Bonadio de prologar su licencia disparó nuevos rumores sobre su estado de salud y la posibilidad de su no retorno definitivo a los tribunales federales de Retiro. El juez había sido operado de un tumor en la cabeza en mayo pasado, dolencia que lo obligó a pedir licencia en varias oportunidades durante el año.

Bonadio era uno de los jueces más antiguos de Inodoro Py. Había llegado al fuero federal de la mano del menemismo, que lo ayudó a saltar de la esfera política a la judicial. A principios de los '90, durante el primer mandato del turco innombrable, ocupó la Secretaría de Asuntos Legales de Legal y Técnica, en reemplazo de Carlos Corach. De allí, saltó al fuero federal: fue designado juez federal de Morón en 1992 y, casi de inmediato, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional número 11 de la Ciudad de Buenos Aires. 

La servilleta de Corach y las múltiples denuncias en su contra

Durante las décadas en la que estuvo al frente de ese juzgado maniobró, con más o menos voluntad de acción según los personajes investigados y los tiempos políticos, una cantidad numerosa de expedientes. Y cosechó, de igual forma, decenas de denuncias ante el Consejo de la Magistratura.

Bonadio es el magistrado que más denuncias recibió después de Norberto Oyarbide. La mayoría, 41 según la plataforma Justiciapedia, fueron desestimadas, mientras que fue sancionado en dos y otras ocho continúan en trámite.

No obstante, continuó en su cargo. Ni siquiera tambaleó en 1996, el entonces ex ministro de Economía Domingo Cavallo reveló que durante una charla en un café, Corach le había entregado escritos en una servilleta los nombres de los jueces federales que respondían al entonces presidente escritos. Bonadio integraba esa lista de la servilleta de Corach.

Una de las denuncias ante el Consejo de la Magistratura fue motivada por su actuación al frente de la Causa AMIA, de la que se hizo cargo en 2000 y sobre la que avanzó poco y nada antes de que lo apartaran. La Sala I de la Cámara Federal decidió, en 2005, quitarle el expediente que investigaba el encubrimiento y las pistas falsas plantadas en la causa madre por "falta de imparcialidad": debía investigar a su colega Juan José Galeano y a Corach, de quien había dependido años atrás y a quien le debía el puesto de juez federal.

La persecución a Cristina

En los últimos años, Bonadio mantuvo una confrontación abierta con Cristina Fernández de Kirchner y miembros de sus gobiernos. Durante el último lustro, avanzó con ahínco en causas en las que ex funcionarios kirchneristas eran el epicentro de las sospechas, mientras que mantuvo inmóviles los expedientes vinculados a integrantes del nefasto régimen fascista y neoliberal de la alianza de derecha Cambiemos.

De los 13 procesamientos de Cristina Fernández de Kirchner, 11 fueron obra de Bonadio y el resto de Julián Ercolini. Y de las siete prisiones preventivas, la totalidad salieron del juzgado de Bonadio. 

Los fueros como senadora y ahora como vicepresidenta impidieron la detención, pero cada vez que va a visitar a su hija Florencia tiene que pedir autorizaciones.

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