El sorete mal cagado logró sortear más de 50 denuncias en el Consejo de la Magistratura y en estos últimos tiempos, encabezó la cruzada judicial cotra Cristina Fernández de Kirchner, su familia y ex funcionarios de su gobierno.
Nombrado por el turco mufa, Claudio Bonadio fue uno de los jueces federales con más años ocupando un despacho en Inodoro Py. Conocido como uno de los magistrados de la servilleta de Corach, en 1994 accedió a la titularidad del Juzgado Federal 11 donde se desempeñó hasta el día de ayer. Bonadio había llegado a ese puesto por designación del Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, cuando el sistema constitucional de nombramiento de magistrados era otro, ya que aún no existía el Consejo de la Magistratura.
Su cargo como mano derecha del Secretario de Legal y Técnica de la Presidencia de Menem, Carlos Corach, lo catapultó al fuero federal. Desde su despacho en Comodoro Py llevó adelante en los últimos años su cruzada contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el kirchnerismo en general.
Nació en 1956 y se crió en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires. Abogado penalista, se recibió en la UBA en 1988. Sin recorrido previo en la Justicia, catapultado por la política y su cercanía con Corach, en 1993 el Senado aprobó su pliego para ser Juez Federal en Morón, pero nunca asumió ese cargo. Al año siguiente le abriría las puertas Inodoro Py, cuando el riojano innombrable amplió a doce la cantidad de Juzgados Federales Criminales y Correccionales de primera instancia y le guardó un lugar privilegiado.
Aficionado a las armas, en 2001 fue abordado en plena calle en la localidad bonaerense de Florida por dos delincuentes, a quienes asesinó de varios tiros con su pistola Glock calibre 40. Tenían 19 y 20 años. Uno de ellos estaba desarmado y el otro fue atacado por la espalda. Por ese episodio Cristina llegó a llamarlo públicamente el "juez pistolero".
Bonadio se convirtió en uno de los magistrados acusados por el entonces opositor Domingo Felipe Cavallo cuando el economista habló de la célebre servilleta de Corach, en referencia al papel donde el funcionario menemista había escrito qué jueces jugarían a favor del gobierno: los nombres y apellidos quedaron registrados en la servilleta de un bar.
El hijo de puta logró sortear más de 50 denuncias en el Consejo de la Magistratura y en estos últimos tiempos, encabezó la cruzada judicial contra Cristina Fernández de Kirchner, su familia y exfuncionarios de su gobierno.
Había sido intervenido quirúrjicamente en mayo del año pasado y había pedido una licencia para el mes de febrero. En tribunales varios de sus colegas dudaban sobre su vuelta. Su estado de salud fue manejado con hermetismo en su entorno y por él mismo. Nadie esperaba un desenlace tan rápido.
Fuente: nota de Sofía Caram para Página/12
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