También es falso que el macrismo construyó rutas a un 40 por ciento menos del costo, comparado con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

El show de Cambiemos consistía, por ejemplo, en inaugurar un tramo de la Ruta Nacional 7, de Junin a Chacabuco. En realidad fueron diez kilómetros, sin que estuvieran listos ni siquiera los 10 kilómetros. El resto de la obra está parada.
En el Camino del Buen Ayre, que pretende unir el Acceso Oeste con la Ruta 2, también se inauguraron 10 kilómetros, en especial un distribuidor que no tiene listas ni las subidas ni las bajadas, es decir que no se puede subir. El resto está totalmente parado y el concesionario de la obra despidió a casi todo el personal porque el estado no le pagó.
Un panorama similar hay en la Ruta 8, entre Pilar y Pergamino. Son nueve tramos, de los cuales la mayoría está paralizado. La obra de la Ruta Nacional 3, entre San Miguel del Monte y Las Flores, está igualmente frenada por falta de financiamiento y los terrenos tampoco fueron expropiados. Macri Blanco Villegas estuvo en la inauguración de las obras, pero prácticamente no avanzaron.

En el terreno de las PPP, también la gran mayoría está parada, con índices asombrosos de ejecución, menores al uno por ciento. Son 102 tramos paralizados.
Tampoco es cierto el adagio de que el macrifascismo construía un 40 por ciento más barato. La secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Vialidad, Graciela Aleña, presentó una denuncia penal en febrero de 2019 contra los titulares de Vialidad Nacional, en especial Javier Iguacel, por las obras de la ruta 8: fueron licitadas en la etapa final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en 2015, por 285 millones de pesos y se le pretendía pagar a Iecsa, la empresa de Angelo Calcaterra, primo del idiota confeso, la suma de 2.500 millones. Casi nueve veces más.
La obra se rediseñó con el argumento de que produciría un ahorro, pero la encareció en un 120 por ciento. A otros dos tramos se les autorizó aumentos del 35 y el 40 por ciento a valores constantes, pero justito el tramo de Calcaterra tuvo un encarecimiento del 120 por ciento.
En la obra del Puente de la Noria pasó lo mismo. A fines de diciembre de 2015, el valor de la obra estaba oficialmente calculado en 274 millones de pesos. Cuando se hizo la inauguración parcial, el propio gobierno mencionó la cifra de 2.000 millones de pesos. Casi ocho veces más. Siguiendo los índices inflacionarios, no debió costar más de 700 millones.
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12
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