Un perro entrenado marcó un área al costado del arroyo El Claro. Personal de bomberos y Defensa Civil confirmaron que se trata de Ezequiel Núñez. Estaba a 6 km del lugar donde lo chupó el agua.
Personal de Bomberos y Defensa Civil del Municipio Tigre encontró ayer a la mañana el cuerpo de Ezequiel Núñez, el remisero que había desaparecido durante el temporal tras caer en una boca de tormenta sin rejas en la localidad bonaerense de Benavídez.
Tras 48 horas de rastrillaje, un perro entrenado de la Brigada Canina K 9 para ubicar cuerpos sin vida, señaló un lugar al costado del arroyo El Claro, a la altura de la avenida Italia. Luego de algunos minutos, el personal a cargo del operativo de búsqueda confirmó que se trataba del remisero.
Según las primeras informaciones recolectadas tras el hallazgo, el lugar marcado por “Pedro”, el perro raza labrador color chocolate, se encuentra a unos 6 kilómetros de la alcantarilla del desagüe pluvial donde cayó Núñez tras quedar atrapado con su auto en una zanja, en medio del temporal, y a 400 metros de la desembocadura del Río Luján.
En un breve contacto con la prensa, la fiscal Laura Capra reveló que el cuerpo se encuentra boca abajo y aunque falta la confirmación de la familia y de la pericia científica, la ropa que traería coincidiría con la de Núñez.
La zona donde apareció el remisero ya había sido rastrillada el jueves en kayak por personal de bomberos. Se cree que hasta antes de ayer pudo haber estado sumergido y por cuestiones naturales de descomposición el cuerpo salió a flote entre la vegetación y los pastizales.
Todo comenzó el miércoles antes de las 7 de la mañana cuando Núñez circulaba con un pasajero -identificado como Guillermo Leyva- por las calles Mendoza y Alvear, en medio del temporal y a pesar de que en la cuadra había una gran cantidad de agua acumulada.
De repente, Núñez perdió el control del vehículo y su auto quedó estancado en una zanja. Decidió bajarse para empujarlo, mientras que el pasajero salió por la ventana y se subió al techo. Fue en ese momento que el agua lo arrastró y fue succionado, de acuerdo con el relato del testigo, por una enorme boca de tormenta que conduce al arroyo y luego al río Luján.
Claudia, la dueña del remis, contó que el remisero “conocía perfectamente la zona pero la tormenta lo superó” y lo describió como un “chico divino y trabajador”.
“El vehículo se empezó a mover con el agua, perdió el control. Le dijo al pasajero que saliera por la ventana, él intentó empujar el auto y se cayó al desagüe”, contó Claudia.
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