Por Laura Vales para Página/12
El objetivo del programa es garantizar el acceso a verduras, lácteos, pescado, panificados, productos de almacén y gas envasado a precios accesibles, apoyándose en la producción de la economía popular.
El ministerio de Desarrollo Social está armando un programa de ferias itinerantes para llegar a los barrios con leche, verduras, carne y productos de almacén a buen precio. Se trata alimentos elaborados por productores de la economía popular -y en algunos casos PyMEs- para los que la Secretaría de Economía Popular busca crear mercado.
El programa va a arrancar la semana próxima, posiblemente en La Matanza. Parte del proyecto es que la aplicación que permite devolver el IVA a quienes hacen compras con la tarjeta Alimentar se pueda utilizar en las ferias, y luego extenderla a la tarjetas de AUH y el salario social complementario.
Los circuitos de venta alternativos a las grandes cadenas de supermercados (en su mayoría son ferias, hay en menor medida locales de comercializadoras populares o, en el caso de los barrios más populares, en la casa de un vecino) son circuitos que vienen creciendo empujados por las subas del precio de los alimentos.
Entre las experiencias más recientes está el Club de La Leche, que a través de una red comunitaria llevó a cien puntos de la ciudad de Buenos Aires una oferta de 3 litros de leche a 90 pesos, cuando el precio de un sachet de La Serenísima en la góndola llegaba a 45 pesos.
Rafael Klejzer, el referente del Movimiento Popular La Dignidad (CTEP) que coordinó aquella experiencia, está ahora a cargo, dentro del Ministerio de Desarrollo Social, de la Dirección Nacional de Comercialización y Abastecimiento. "En Argentina podemos garantizar alimentos a precios accesibles. Eliminando intermediarios en la cadena de distribución, coordinando a los pequeños productores y cooperativas con los municipios podemos crear una red de Comercialización que garantice alimentos de calidad a precios populares", señaló.
Asimismo, detalló que las ferias van a moverse en el conurbano bonaerense, donde por cuestiones operativas resulta más rápido organizarlas. Se sumarán las localidades de Concordia, Paraná y San Pedro. “Mendoza, San Luis y San Juan también quieren firmar convenios”, agregó.
“Hoy existe una capacidad ociosa muy importante. Las organizaciones de la agricultura familiar tienen mucha producción de verdura y fruta y pueden cubrir la demanda de las zonas donde queremos empezar a trabajar. En el caso de los lácteos hay empresas que no son cooperativas pero que hoy están fuera de las góndolas. Queremos que lleguen a las ferias cortes de carne populares y pescado, tanto de río como de mar”, sostuvo Klejzer.
Por otra parte el ministerio va a relanzar la garrafa social, un programa que aunque nunca cerró, en los hechos fue vaciado, volviendo muy difícil encontrar dónde comprar una garrafa a bajo precio. La distribución de la garrafa social va a llegar a 420 municipios de los 1200 que hay en el país.
De 2016 a 2019 los precios de los alimentos subieron el doble que el salario mínimo y vital, planteando graves problemas de acceso a la comida a más de cinco millones de argentinos. En los controles de peso y talla que realizan organizaciones sociales como Barrios de Pie con los niños de sus comedores, la malnutrición aparece como un mal extendido, que se traduce en chicos con sobrepeso y con baja talla.
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