Por Nicolás Eisler para La Política Online
El candidato a jefe de Gobierno porteño por el Frente de Todos pide "enterrar" la grieta. "Lousteau un dirigente valioso, pero creo que está equivocado", asegura.
"Nunca podría haber sido candidato de Cambiemos", jura Matías Lammens. El Frente de Todos lo eligió para encabezar la boleta a jefe de Gobierno como un gesto de apertura a los vecinos porteños: el peronismo capitalino y el kirchnerismo se inclinaron por una figura que pudiera ampliar la base electoral de la fuerza.
No es el mejor día para entrevistarlo. Además de candidato Lammens es presidente del San Lorenzo que tan solo 12 horas antes quedó eliminado de la Libertadores en Paraguay. Desde su negocio, una pyme distribuidora de bebidas de Boedo, habla del régimen porteño y de Martín Lousteau, a quien considera un dirigente "valioso" pero equivocado. "Por distintas circunstancias fue llevado a un lugar que no expresa sus convicciones", asegura.
-Pasó por una experiencia similar en San Lorenzo, pero esta es su primera campaña en política nacional, ¿qué cosa lo sorprendió?
-No soy ingenuo y vengo de un ámbito que si bien no es netamente político, tiene elecciones, pero me sorprendió la estigmatización y la agresión personal. Hay que buscar otra forma de hacer política, hablar de otras cosas, levantar el nivel del debate público. La grieta es algo que tiene que quedar enterrado en esta elección. Lo que más me gustó y entusiasmó es el contacto con la gente.
-Por momentos pareciera que la verdadera campaña va a comenzar luego de las Paso, ¿coincide?
-Me sonrío porque arranco a las siete de la mañana y son las doce de la noche y sigo haciendo campaña. Para mi está a pleno, pero entiendo que no hay clima electoral. Después de las Paso quedan dos meses hasta las generales, esto es tan largo que tal vez se desarrolla con menos intensidad. Nosotros estamos haciendo campaña bastante fuerte, sabemos que somos el eslabón débil y peleamos contra Goliat en términos de presupuesto y pauta publicitaria. Lo que tiene el gobierno para hace publicidad es impresionante. Nosotros tenemos una campaña más austera y eso requiere mucho esfuerzo personal.
-El oficialismo obtuvo más del 50% en los últimos comicios y para estas elecciones incorporó a Martín Lousteau. Para que usted gane Larreta debería perder votos, ¿cree que es posible?
-Sí, los puede perder, sobre todo pensando en que la situación económica se agravó mucho. Larreta participó de todas las decisiones del gobierno nacional. Creo que es la primera vez que el oficialismo va a una elección con una crisis económica de esta magnitud. Desde que las elecciones de 2017 la crisis se profundizó y pienso que eso puede tener un correlato electoral.
Lo que ocurre con algunos indicadores como el desempleo, los alquileres, con la pobreza, con la gente que está durmiendo en la calle son cuestiones de las que no se hablaba tanto y hoy están sobre la mesa.
-¿Lo sorprendió que Martín Lousteau esté ahora junto a Horacio Rodríguez Larreta?
-Es un dirigente valioso e inteligente pero creo que está equivocado. El lugar en donde está no expresa los valores que él manifestó durante su trayectoria política. Coincido con el diagnóstico que hizo de la Ciudad en 2015 y esos indicadores que marcaba con preocupación en aquel momento -déficit en Educación y Salud- se han agravado en estos dos años. Por distintas circunstancias fue llevado a un lugar que no expresa sus convicciones.
-¿Podría haber sido candidato de Cambiemos?, ¿le ofrecieron ser candidato?
-Me ofrecieron, pero nunca podría haber sido candidato de Cambiemos. Tengo muy buena relación personal con Rodríguez Larreta, pero tengo diferencias insalvables con él. Son diferencias conceptuales e ideológicas sobre cuáles son las prioridades, a dónde invertir la plata.
-Cuando la economía del país va mal eso se siente en las provincias, ¿qué se puede hacer para frenar eso desde la Ciudad?
-No veo un plan de desarrollo económico, un plan de empleo, un plan de protección de las Pymes. La Ciudad tiene el presupuesto de un estado provincial, debería intervenir en el mercado y no lo hace. Tiene una política municipalista, se limita a hacer obras y a arreglar veredas. Está muy bien que lo hagan, yo celebro esas obras y algunas de las cosas que se hicieron, pero desde hace tres años que la Argentina atraviesa una crisis muy profunda y los porteños parecen librados a su suerte. No veo al estado de la Ciudad interviniendo como podría hacerlo: nosotros proponemos la creación de una agencia de ciencia y técnica. Eso tiene con la articulación entre lo público y lo privado.
-Después de siete triunfos en igual cantidad de elecciones, ¿qué ven los porteños en el PRO?
-En general son exitosos electoralmente, pero si revisás los indicadores económicos resulta llamativo que estén en carrera. Tienen una habilidad para los procesos electorales que a mi no me gusta y tiene que ver con la Big data y darle a cada segmento electoral un mensaje diferente. Me parece un peligro y llevó a la una rotura permanente del contrato electoral. Si a cada sector le das un mensaje diferente inevitablemente terminás incurriendo en contradicciones.
Siempre doy el ejemplo del aborto. Estoy de la despenalización y legalización del aborto, pero mi mensaje hacia los "pañuelos celestes" es de convivencia y armonía, de intentar explicar por qué para mí es una cuestión de salud pública. Pero no tengo un mensaje diferente, el coaching no puede llevarte a vivir cambiando tus elecciones en base a lo que te digan los focus groups. Uno tiene que ser leal al electorado y decirle lo que piensa realmente sobre los temas, lo que no se puede hacer es engañarla.
-¿Por qué cree que Macri puede ganar a pesar del deterioro económico?
-Porque hacen una campaña que tiene que ver con el miedo, con la estigmatización y no debatir sobre economía. Es una gran paradoja porque si uno sala a la calle y 9 de cada 10 personas nos hablan de economía. De que no llegan a fin de mes, de los aumentos de tarifas, pero es tapar el sol con la mano. Me gustaría que la gente vaya a votar con esperanza, hablando del futuro, no del pasado. Nosotros tenemos ese desafío generacional, hablar del futuro, de lo que vamos a hacer. Hay muchas cosas que rescato de la gestión de Larreta, pero también muchas diferencias y las marco. Tenemos otras prioridades y esa es la principal diferencia.
-Se supone que entre el 33% y 40% de los porteños alquila. ¿Cómo va a ser la política habitacional en caso de llegar al gobierno?
-Estamos en emergencia habitacional. Tenemos que encarar rápidamente una ley de alquileres que proteja al inquilino. Si bien hubo algunos avances en relación a las comisiones, es una situación de mucha desigualdad. Todavía falta mucho y a los inquilinos hay que cuidarlos, sobre todo cuando hablamos de viviendas familiares.
El porteño que tiene un buen salario, que cuenta con un buen ingreso, debería poder acceder a una vivienda propia. La educación pública y la vivienda propia son parte de las cuestiones constitutivas de la clase media argentina. La educación pública está en franco deterioro y con menos inversión y la vivienda propia parece un sueño irrealizable.
Hay que devolverle a la clase media esa posibilidad y eso se puede hacer con un fondo de desarrollo, interviniendo el stock inmobiliario. El gobierno vendió mucha tierra pública y dicen que es para financiar obras. Esas ventas podrían haberse articulado con el sector privado para la construcción de viviendas accesibles. Necesitamos bajar el costo del metro cuadrado para permitirle a la clase media ser dueña de su casa.
-En algunas ciudades europeas se cobra impuestos a las viviendas vacías y el estado regula el precio de los alquileres, ¿es posible pensar algo así en la Argentina?
- El nuevo código incluye el concepto de plusvalía y parte de ese dinero podría usarse para construirse vivienda accesible. En Nueva York el estado interviene junto al sector privado en el stock de vivienda. Construyen viviendas a precios accesibles para la clase media en una de las ciudades más liberales del mundo.
-Durante algunos años se dijo que el gobierno no priorizaba la inversión en educación y salud pública porque los porteños tenían acceso a la salud y educación privada. Pareciera que esa ecuación cambió en los últimos años sin embargo hay entre 11 mil y 22 mil niños, que no consiguen vacante escolar, ¿a qué se debe?
-Hay 11 mil que no tienen y 11 mil que asisten a un Centro de Primera Infancia, que dependen de Desarrollo Social, no del Ministerio de Educación. Es un lugar que a los padres les soluciona el problema de donde dejar a los chicos, pero no están escolarizados. Lo importante es que se escolaricen desde una edad temprana. No sé por qué el gobierno dejó de invertir, pero desde 2008 a 2019 la inversión cayó ocho puntos, de 25 a 17. Lo mismo pasa con Salud, nuestra idea es que esa curva vuelva a subir.
-Se dice que la campaña de Alberto Fernández está desordenada, que tiene demasiados voceros, que no hay un mensaje unificado. ¿Cómo se ve desde la Ciudad?
-Por ahí nosotros somos más genuinos y apelamos menos al coaching. Pero en las últimas semanas se fue ordenado.
-¿Cómo es su relación con el kirchnerismo?
-Yo estoy contento con lo que se formó en la Ciudad. Es un frente amplio que incluye a muchos sectores, entre los cuales está el kirchnerismo, y con todos tengo muy buena relación. Tenemos la convicción y las ganas de pelear la Ciudad. Después de muchos años el sector que engloba al progresismo, a la centro izquierda y a todos los que queremos hacer una Ciudad distinta, tenemos la posibilidad de gobernarla.
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