El primo hermano de Mugrizio Macri Blanco Villegas admitió que pagaban a cambio de redeterminaciones de precios y puso en crisis la estrategia de presentarse como víctimas de extorsión.
La sugestiva aparición mediática de Ángelo Calcaterra podría complicar la estrategia de los empresarios involucrados en la causa de los cuadernos de presentarse como víctimas de una extorsión sistemática del kirchnerismo para obtener fondos para las campañas electorales.
Después de presentarse como arrepentido ante el juez Claudio Bonadio, el primo hermano de Mugrizio Macri Blanco Villegas sorprendió dando una entrevista para justificar su estrategia judicial, pero terminó admitiendo que esos pagos eran a cambios de obtener beneficios como redeterminaciones de precio, lo que -según abogados consultados por este medio- configura el delito de cohecho.
"Decidimos poner dinero para que aflojaran" con la presión, dijo Calcaterra en una entrevista que brindó al pasquín ultra oficialista La Nazión. Consultado sobre qué recibían a cambio, el empresario sostuvo que "por ejemplo, hacía dos años que no me pagaban obras o había un montón de cuestiones administrativas que no se destrababan o era imprescindible que aprobaran las redeterminaciones" de precios.
Es decir que el primo del subnormal admitió que hicieron esos "aportes" en negro a funcionarios kirchneristas a cambio de que le liberen pagos o les mejoren el contrato, o sea percibir un beneficio económico.
"Al haber dicho eso, claramente configuró el delito de cohecho. Él obtuvo una ventaja económica, aunque haya hecho un aporte para la campaña", explicó un abogado de larga experiencia en Comodoro Py. "Es como el ladrón al que atrapa la Policía y dice que estaba robando porque tiene hambre o para darle de comer a sus hijos. Este sería el hurto famélico de los empresarios", ironizó el letrado.
La jugada de los empresarios que piden ser arrepentidos es declarar que fueron víctimas de una extorsión del gobierno kirchneristas y así quedar afuera del delito de asociación ilícita que tienen como hipótesis los impresentables Claudio Bonadio y Carlos Stornelli, y que los tiene como presuntos partícipes necesarios.
Si el juez acepta la versión de los arrepentidos la causa podría terminar en un juzgado con competencia electoral y los empresarios como mucho deberían pagar una multa por haber puesto dinero en negro. Esa es la aspiración de máxima de los ejecutivos, aunque difícilmente pueda concretarse.
Por eso en el mundo judicial creen que es bastante difícil que Bonadio acepte la versión de los empresarios, porque eso podría implicar que pierda toda o buena parte de la investigación, además de poner en riesgo la hipótesis de asociación ilícita. Acaso por eso el juez todavía no determinó qué delitos cometieron los ejecutivos implicados.
Es decir que el magistrado tiene muy poco margen para hacer lo que los empresarios quieren sin perder la causa y, en definitiva, sin beneficiar a Cristina Fernández de Kirchner, Julio de Vido y Roberto Baratta. Se descuenta que Bonadio no quiere tomar un camino que termine beneficiando a la ex presidenta, su enemiga número uno.
Los dichos de Calcaterra sobre las redeterminaciones de precios no fueron los únicos que podrían traerle problemas. Es que el ex dueño de Iecsa contó que antes de presentarse a la Justicia charló sobre el tema con su primo. "Mauricio, cuando le expliqué, me dijo: 'pero vos no estás en la causa'. No sabía mucho lo que estaba pasando y le dije: 'es una decisión que tengo tomada; lo voy a hacer, el lunes voy'", contó. Cualquier juez con ganas podría tentarse en citar a Macri Blanco Villegas como testigo.
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