El ex hijastro de Flavia Palmiero rechazó un pedido directo de su amigo del alma "Nicky" Caputo para desplazar al jefe de gabinete, que se fortaleció con el caso de los cuadernos.
Mugrizio Macri Blanco Villegas se cansó de los pedidos de su propio entorno para remover a Marcos Peña Braun Menéndez y les pidió a sus funcionarios que dejen de especular con su salida.
"Marcos y yo somos lo mismo", les aseguró el idiota confeso a algunos de sus ministros para terminar con las versiones que recaen sobre el jefe de gabinete en los últimos meses a raíz de la crisis económica.
El pedido más vehemente se lo hizo su "hermano de la vida", Nicolás "Nicky" Caputo, el más pragmático de sus consejeros. Más cómodo en la política tradicional, Caputo mantiene desde hace una década una tensa lucha de egos con Peña Braun Menéndez, cultor de la política "new age".
Pero el hijo bobo de Franco Macri ratificó una vez más, pese a los constantes pedidos del mercado, que no está dispuesto a sacrificar su pieza más importante.
El subnormal ya había dicho en los primeros meses de su gestión que Peña Braun Menéndez eran sus ojos y su inteligencia junto a Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, que siguen en sus puestos pese a las turbulencias.
El apoyo de Macri Blanco Villegas llega justo en el momento en el que en esa pelea subterránea con "Nicky", el ministro coordinador salió fortalecido por el escándalo de los cuadernos. Además de ser temido en el gabinete por el control exhaustivo de los movimientos presupuestarios de cada funcionario, Peña Braun Menéndez representa al ala reacia del régimen fascista a hacer acuerdos con la oposición.
En especial con el peronismo, el principal golpeado por el caso de los coimas. El jefe de Gabinete suele chocar con esa estrategia con otros referentes del PRO que proponen acuerdos coyunturales con el PJ, como el propio "Nicky", María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larrata, los rivales de Peña Braun Menéndez para la sucesión de Macri Blanco Villegas.
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