En medio de una jornada política dominada por el debate por el aborto en el Senado, el Papa no quiso quedarse afuera de la discusión. Fiel a su estilo, Francisco utilizó la estrategia política que mejor domina: el uso de su imagen.

En una imagen difundida por la agencia AICA se lo observa al sumo pontífice saludarlos mientras extendían la bandera tras el vallado de seguridad.
No es ninguna novedad la oposición del Papa al proyecto de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo.
En mayo pasado, Bergoglio había señalado que "los niños por nacer siempre son bienvenidos. Porque, en definitiva, la vida siempre debe cuidarse y ser amada desde el momento de la concepción hasta el ocaso natural".
Y agregó que "este amor por los demás no puede reservarse para momentos excepcionales", sino que debe convertirse "en la constante de nuestra existencia".
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