La posible postulación de Felipe Solá el año próximo para regresar al cargo que ocupó hasta 2007, y con el apoyo del peronismo unificado, es una posibilidad que incomoda al oficialismo.
Una clara estrategia política, el cumplimiento estricto de las directivas de marketing y comunicación, un férreo blindaje mediático, el carisma de la gobernadora fascista María Eugenia Vidal y la dispersión del peronismo son los cinco pilares en los cuales se basan las expectativas de la administración bonaerense de obtener el año próximo una reelección sin sobresaltos.
O, mejor dicho, se basaban. El último de esos factores, sobre el cual el macrifascismo también opera intensamente, podría empezar a desdibujarse si se concretan las intenciones que se proclamaron este sábado en el Congreso del PJ bonaerense, donde la confluencia de sectores que parecían irreconciliables hace pensar que la unidad del peronismo es un escenario posible pese al largo camino que aún resta para concretarla.
La participación de dirigentes kirchneristas, representantes del massismo y otros que apoyaron a Florencio Randazzo en la última elección acerca una primera señal de inquietud a la conducción provincial de Cambiemos.
Pero eso no es todo. Hubo un dirigente que tuvo un especial protagonismo: Felipe Solá. Su imagen fue incluida en el video que se proyectó antes de comenzar a sesionar, fue uno de los más aplaudidos en su retorno al PJ y lo eligieron primer congresal nacional por el distrito.
Además, en voz baja y no tanto, comenzó a mencionarse su figura como posible candidato a gobernador de un peronismo unificado de cara al año próximo. Solá reúne varias condiciones como para ser un postulante competitivo; a saber:
- Su gestión al frente de la provincia entre los años 2002 y 2007 es muy bien recordada por los bonaerenses. Su asunción se produjo cuando Buenos Aires era un polvorín, tras la caída de De la Rúa y la huida de Ruckauf, y el hecho de haber podido volver a la "normalidad" fue considerada un logro nada despreciable.
- Su figura no está directamente asociada al kirchnerismo, sector con el cual rompió en 2008. Eso lo posiciona con más chances de perforar el "techo" del que hablan los analistas, ligado al alto índice de imagen negativa que conserva todavía la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
- Los comicios de 2015, en los que se postuló a gobernador, demostraron que mantiene un caudal electoral elevado. Pese a ir por fuera de las dos grandes fuerzas que se disputaban el poder, obtuvo en aquella ocasión el 20% de los votos, lo cual ratificó su vigencia.En las legislativas del año pasado, encabezando las listas de un massismo ya totalmente desdibujado, alcanzó un honroso 11% para renovar su mandato como diputado nacional.
- Consciente de que ningún candidato opositor puede tener chances en la Provincia si no cuenta con el apoyo activo y convencido del kirchnerismo, comenzó a ofrecer señales de acercamiento a ese sector en los últimos meses. Lo ratificó en la reunión partidaria de Hurlingham, al ser uno de los que aplaudió de manera más entusiasta las menciones a Néstor y Cristina Kirchner.
- Por último, su relación con Sergio Massa, pese a haber concretado el regreso al PJ, lo convierte naturalmente en uno de los dirigentes con más chances de lograr que el ex intendente de Tigre y sus seguidores respalden una candidatura que encolumne a todo el peronismo provincial unificado.
Falta mucho todavía. La unidad del peronismo, que empieza a asomar como una posibilidad, deberá ser consolidada y ratificada una y mil veces. Por otro lado, tanto Felipe Solá como otros dirigentes que aspiren a una candidatura tendrán que sortear infinitas roscas, operaciones y zancadillas que son parte de la política.
Sin embargo, desde la otra vereda, en la base militar de Morón ya se empieza a analizar la posibilidad de que la reeleción el año próximo no sea, como suponían hasta hace poco, un cómodo paseo. El tiempo dirá.
Fuente: nota de Horacio Torres para Infonews
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