El ex futbolista, emblema de Huracán y campeón del mundo con la Selección argentina en 1978, murió a causa de un cáncer. En los últimos años, se involucró con causas sociales como la desaparición de Santiago Maldonado y cubrió el mundial de Brasil desde la favela de Santa Marta en 2014 para La Garganta Poderosa.
El ex futbolista René Orlando Houseman, emblema de Huracán campeón de 1973 y campeón del mundo con el seleccionado nacional en la Copa de Argentina 1978, falleció ayer a los 64 años víctima de un cáncer que lo aquejaba desde hace un tiempo.
Uno de los primeros en dar a conocer la noticia fue su ex compañero en el equipo albiceleste, Osvaldo Ardiles, quien publicó en su cuenta de Twitter que "falleció René. Con lagrimas en mis ojos... Hasta siempre Rene querido. QEPD. Cuantos momentos juntos. Todos mis pensamientos para su familia y amigos".

El "Loco" había nacido en La Banda, provincia de Santiago del Estero, el 19 de julio de 1953. Se formó en las divisiones juveniles del club Excursionistas, del cual era hincha, pero por falta de oportunidades debutó en su clásico rival, Defensores de Belgrano, en la Segunda División del fútbol argentino.
Jugaba como extremo derecho, tenía una extraordinaria gambeta, era rápido, astuto y ambidiestro, cualidades que lo llevaron a ser considerado uno de los mejores en su puesto en la historia del fútbol argentino.
A comienzos de 1973 y gracias a César Luis Menotti, fue contratado para jugar en la Primera División de Huracán, donde se convirtió en una de las mayores glorias del club, obteniendo el Campeonato Metropolitano de 1973. También llegó a la semifinal de la copa Libertadores del 1974 y el subcampeonato de 1975.

Más adelante jugó en Colo-Colo de Chile y en River Plate, entre otros. Su retiro fue en 1985, en el único partido que jugó para Excursionistas.
Su vida alejado del fútbol no fue fácil, debido a diferentes problemáticas con el alcohol que logró superar. En los últimos años, tuvo distintas participaciones en causas sociales, sobre todo relacionadas a la organización villera La Poderosa.
En 2014, viajó con ellos a cubrir el mundial de Brasil y se alojó junto a otros comunicadores latinoamericanos en la favela Santa Marta. En esa oportunidad, dijo que "siempre me genera indignación ver las necesidades que todavía tienen las villas o las favelas en cualquier lugar del mundo. Me duele, porque yo no nací en una cuna de oro; nací en una cuna de barro y estoy muy orgulloso de eso. Viví toda la vida siendo coherente con mis orígenes. Y voy a morir así".

Finalizado el partido, el "Loco" hacía esta aguda reflexión que lo pinta en cuerpo y alma para la posteridad: "a brindar entonces y a reírse, que por suerte todavía sale gratis, pero guarda, que la barrera no tape el arco: aún tenemos un partido mucho más importante, sin definir, hace 72 días. No hay, ni habrá ninguna satisfacción completa para los argentinos, mientras nos quieran hacer creer que uno puede de repente desaparecer. Ahí sí, bosteros y gallinas, grandes y chicos, ahí debemos unirnos como nos unen las gambetas de Lío y los caños de la Selección. Pues ahora ya sabemos que nuestro país está clasificado: sólo falta que nos digan dónde está Santiago Maldonado".
Chau "Loco", hasta siempre. Y gracias por la magia.
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