El Frente de Todos logró sancionar la Ley Góndolas con el apoyo de bloques opositores. El objetivo es mejorar la oferta para bajar los precios de los productos de consumo masivo.
El oficialismo consiguió dar aval a la normativa con 56 votos a favor, ninguno negativo y cuatro abstenciones, en una sesión en la que el interbloque de Juntos por el Cambio calificó como "inocua", al considerar que "no resuelve el problema de la inflación", aunque decidió acompañar el proyecto en la votación en general y en particular.
El jefe de los senadores del Frente de Todos, José Mayans, dijo que le "alegraba" el acompañamiento de la oposición a la iniciativa; afirmó que servirá para avanzar en la búsqueda de "una Argentina más justa" y consideró que se trata de "una ley más con la intención de tener precios justos".
Desde la oposición, senadores macrifascistas encabezados por Luis Naidenoff objetaron la medida al calificarla de "inocua" y advirtieron que ya existen "herramientas" como las leyes de defensa de la competencia y de defensa del consumidor que sirven para controlar la suba de precios, pero que "lamentablemente no se aplican por falta de decisión política".
Los bloques opositores, incluido el del ex gobernador Alberto Weretilnek de Juntos Somos Río Negro, apoyaron no obstante la nueva ley, con excepción de Martín Lousteau, Lucila Crexel, Esteban Bullrich y el santacruceño Eduardo Costa, a quien la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner le dirigió un gesto irónico por su abstención.
El proyecto establece que las cadenas comerciales podrán otorgar a un grupo empresario o proveedor el 30 por ciento del espacio de una góndola, que deberá compartir con al menos otros cinco proveedores.
También determina que se le deberá brindar 25 por ciento a los productos de las pymes y un 5 por ciento a los de la agricultura familiar.
Además, dispone que en las islas de exhibición y anaqueles contiguos a las cajas -que configuran los sectores más codiciados para la venta- se deberán presentar en un 50 por ciento del espacio productos elaborados por micro y pequeñas empresas nacionales o por cooperativas y mutuales.
La senadora del Frente de Todos, Ana Almirón, que preside la comisión de Legislación General y fue la encargada de exponer los argumentos en favor de la iniciativa, destacó la necesidad de sancionar la ley en "un momento muy complejo del país en el que está en juego la pobreza y el hambre".
"Es una deuda pendiente, en un momento complejo donde el precio de los alimentos tiene impacto en la economía de las familias", sostuvo la legisladora por Corrientes en representación del oficialismo.
Almirón también cuestionó la posición del sector empresarial "que se aprovecha", dijo, "del hambre de los argentinos", con decisiones que impactan en la suba de precios.
La senadora por Mendoza Anabel Fernández Sagasti sostuvo que la meta de la nueva normativa es impedir que "los grandes oligopolios se queden con la mejor tajada", en desmedro de los pequeños productores y de los consumidores.
Sagasti cuestionó a quienes sostienen que "el Poder Ejecutivo pretende ir góndola por góndola con una reglita viendo en qué lugar está cada cosa" y consideró que esa afirmación "simplifica la discusión y es poco seria".
La normativa había sido promovida desde la Cámara de Diputados por la diputada Elisa Carrió, una de las fundadoras de la alianza de derecha Cambiemos, y recibió media sanción en esa cámara la semana pasada con el nuevo impulso que le imprimió la administración de Alberto Fernández.
La reacción de Cristina por la abstención de un senador opositor y supermercadista
Una de las cuatro abstenciones en la votación de la Ley de Góndolas fue la del senador santacruceño, Eduardo Costa, dueño de una cadena de supermercados patagónica, lo que generó una risa irónica por parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“¿Es por abstención? Está registrada”, respondió la titular del cuerpo y al nombrar al senador santacruceño, Eduardo Costa, sostuvo, entre risas: “Costa…mmm, ley de Góndolas, claro ya me imaginaba”.
Cristina reaccionó ya que el legislador que se abstuvo -junto a Esteban Bullrich, Martín Lousteau y Lucila Crexell-, es un empresario patagónico, dueño de la cadena de supermercados Hipertehuelche.
La misma, fundada en 1970 en Río Gallegos, se dedica principalmente a la venta de artículos para la construcción, el hogar y el jardín.
Ya en 2015, el senador por Santa Cruz era uno de los políticos más pujantes de la Argentina con un patrimonio de $ 98.498.247, de acuerdo a ese año fiscal.
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