En medio de la mayor crisis económica desde 2001 y con crecientes niveles de pobreza e indigencia, el régimen macrifascista celebró la profundización del ajuste fiscal.
"Hemos sobrecumplido las metas fiscales del primer trimestre", anunció ayer el ex columnista toma whisky de TN devenido en ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y detalló que "llevamos 16 meses consecutivos de caída del gasto primario en términos reales". En el período enero-marzo se registró un superávit primario de 10.341 mil millones de pesos.
"En cuatro años, bajamos cinco puntos porcentuales el peso del gasto público en el PIB", dijo Dujovne. En el primer trimestre, agregó, se produjo una caída del gasto público en términos reales de 14 puntos.
El ministro recordó que el paquete de medidas anunciado la semana pasada "tiene un costo fiscal que no llega a los 10 mil millones de pesos a raíz de los cambios en la forma de aplicación de los aumentos en la tarifa de gas, la suspensión de las últimas subas de la tarifa mayorista eléctrica y la concesión de rebaja de retenciones a pymes".
Con la escalada del dólar de este lunes como telón de fondo, Dujovne anunció públicamente los resultados fiscales de marzo y el seguimiento de las metas de "déficit cero" acordadas con el FMI durante el primer trimestre.
El sorete mal cagado intentó llevar calma a los inversores financieros de los cuales depende en buena medida la estabilidad de la economía argentina, luego del plan de controles de precios y freno a la política de tarifazos hasta las elecciones anunciado la semana pasada por el Gobierno.
El plan "llegar a octubre" consiste para el régomen en mostrar ante el electorado algún tipo de proactividad frente al descalabro inflacionario al tiempo que apunta todos los cañones a evitar una nueva corrida del dólar. Para este segundo propósito, cuenta con el apoyo del FMI y no mucho más, porque el grado de fragilidad de la economía nacional es manifiesta.
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