lunes, 22 de abril de 2019

Massa rechaza el intento de empresarios de bajarlo para que apoye a Lavagna

En el grupo de empresarios que lo apoyan, algunos creen que debería plegarse a la candidatura del ex ministro.


El vende humo Sergio Massa resiste la presión de un grupo de empresarios para que decline su candidatura presidencial y se encolumne detrás de Roberto Lavagna.

Desde el entorno del ex ministro de Economía confirmaron que un sector del empresariado argentino apuesta a que Massa cierre un acuerdo con Lavagna y blanquearon además que esa presión la lidera Jorge Brito.

Esa fuerte presión sobre Massa también la ejercen empresarios de importantes grupos de medios, quienes también piensan que el ex intendente de Tigre debe bajarse. La postura es concreta: ven a Lavagna como un plan B porque las últimas encuestas indican que Miauricio Macri Blanco Villegas no llega a ganarle a Cristina Fernández de Kirchner, ni aún en el balotaje.

Las posiciones en el establishment no son monolíticas. Empresarios como Brito, Enrique Eskenazi, Claudio Belocopitt, Daniel Vila y Marcelo Mindlin a esta altura prefieren a cualquier candidato antes que el ex hijastro de Flavia Palmiero, incluso a la propia ex presidenta.

Desde el entorno del líder del Frente Rejuntador niegan cualquier presión y afirman que Brito tiene una pésima relación con Lavagna. Sin embargo, pudo saberse que hace poco más de una semana el ex ministro de Economía y el titular del Banco Macro mantuvieron un encuentro reservado.

En rigor, debido a su caudal de votos, Massa sufrió presiones en gran parte de sus elecciones: en 2013, 2015 y 2017. Incluso en 2009, contra la presión de sectores empresarios y políticos para que no renuncie a la Jefatura de Gabinete, el líder de Tigre pegó el portazo del régimen.

En 2013 Julio De Vido, Diego Bossio y Daniel Scioli se reunieron con Massa una semana antes del cierre de lista en Tigre. Palabras más o menos le plantearon que Cristina lo perseguiría con "carpetazos". Massa les dijo que decidiría su candidatura sin preguntarle ni a la entonces presidenta ni a ninguno de los que allí estaban.

En 2015, Massa estaba sentado en una mesa con los empresarios Vila, Eskenazi, Manzano, Mindlin, José Luis Manzano, Alberto Pierri y Juan José Álvarez. El planteo de la mesa fue que debía declinar su candidatura.

Massa les dijo que había llegado hasta allí porque muchos de ellos habían sido buenos amigos. Les dijo que valoraba esa amistad pero que seguiría peleando por lo que cree. Massa y su esposa Malena se levantaron y se retiraron de la mesa.

En 2017 todos los diputados nacionales del Frente Rejuntador fueron a ver a su líder para persuadirlo de que baje su candidatura a senador y encabece la lista de diputados.

Felipe Solá gritaba. Daniel Arroyo y José Ignacio de Mendiguren le pedían que piense en su futuro. Graciela Camaño fue la única que escuchaba en silencio sin decir nada.

Massa se levantó y les dijo que se bancaba el llano. Les planteó que no necesitaba el cargo para hacer política. Los diputados se retiraron molestos.

Lo curioso es que las presiones no se extienden al sorete salteño Juan Manuel Urtubey, como si ya dieran por descontado que no juega, algo que el gobernador niega de plano.

El problema es que en varios de las encuestas conocidas en el último mes, Lavagna no le saca una diferencia importante a Massa y en algunas incluso el tigrense se ubica por encima del ex ministro.

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