jueves, 26 de diciembre de 2019

Ofrecen un millón de pesos de recompensa por datos sobre el ginecólogo desaparecido en Córdoba

La familia de Daniel Casermeiro sigue su búsqueda. Lo vieron por última vez hace casi una semana en la localidad cordobesa de San Francisco, donde reside.


La familia de Daniel Casermeiro, el ginecólogo desaparecido hace una semana en San Francisco, Córdoba, ofreció una recompensa de un millón de pesos para quien aporte "información certera" sobre su paradero.

Casermeiro, de 61 años, fue visto por última vez el jueves 19 de diciembre en la localidad de San Francisco, donde reside. Desde entonces su familia perdió contacto con él.

Una nuera del médico publicó este miércoles en redes sociales la oferta de recompensa: "Por datos certeros comunicarse únicamente al 3564668193", escribió.

Desde la fiscalía de Instrucción de San Francisco, a cargo de Bernardo Alberione, afirmaron que "no hay novedades" en la búsqueda del ginecólogo.

El domingo pasado los investigadores encontraron el BMW blanco de Casermeiro cerca de Plaza Luxardo, Córdoba. En su interior había lingotes de oro, joyas de gran valor, $ 8 millones y una suma en dólares, informó el sitio La Voz de San Justo.

La familia del médico explicó que esos bienes eran para la compra de una propiedad, y que Casermeiro no estaba deprimido, no se mostró más nervioso o preocupado de lo habitual y no tenía motivos para desaparecer.


Los investigadores determinaron que no había rastros de sangre en el auto, y que fue abandonado en el lugar, por lo que el médico nunca estuvo ahí.

Entre las órdenes de allanamiento libradas esta semana para seguir la investigación se incluyó una para abrir un galpón propiedad del médico ubicada en la calle Echeverría de Plaza Luxardo.

Casermeiro salió de su consultorio en el Sanatorio Argentino el jueves 19 de diciembre, todavía con su guardapolvo blanco puesto. "Fue a la zona bancaria. Luego llamó y pidió que los turnos que tenía para esa tarde, que lo programen para el día siguiente", relató Diego Casermeiro, uno de sus hijos.

El médico tenía una cita acordada con un ingeniero a las 16 de ese día, pero sus allegados afirmaron que alguien lo llamó para adelantarla 20 minutos. El encuentro nunca se produjo.

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