La Oficina de Presupuesto del Parlamento alertó por el excesivo endeudamiento durante los cuatros de gestión de Cambiemos. Acceda al informe completo.
El stock de deuda indirecta que asumió el anterior gobierno se multiplicó por tres o por cuatro (según la fuente que se tome), hasta representar un máximo de exposición del Tesoro nacional de U$S 20.000 millones en 2018 (5,1% del PIB), según un análisis realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Tal exposición se refiere a las garantías y avales de operaciones financieras otorgados por el Estado nacional a provincias, fondos fiduciarios y organismos descentralizados.
La OPC explicó que "los pasivos contingentes son una importante fuente de riesgos fiscales, que debe ser tenida en cuenta al momento de analizar la sustentabilidad de la posición fiscal de un país".
"Los países que acumulan un monto sustancial de garantías otorgadas quedan expuestos al riesgo de un shock fiscal, en la medida que no cuenten con recursos presupuestarios suficientes para hacer frente a una ejecución masiva de garantías", advirtió la oficina del Parlamento nacional.
El análisis precisa que a fines de septiembre pasado el saldo residual de la deuda indirecta (desembolsos menos amortizaciones acumuladas) fue de U$S 9.719 millones (3,1% de la deuda pública bruta), de acuerdo con la estadística de la Secretaría de Finanzas.
En 2017 y 2018, indicó la OPC, "el saldo residual de la deuda indirecta aumentó principalmente debido a la emisión de letras en garantía colocadas al Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Energías Renovables (Foder)".
Esas letras representan el 72% del total del saldo residual de deuda indirecta (más de U$S 7.400 millones), colocada en beneficio de un centenar y medio de proyectos de energía solar y eólica adjudicados por las rondas 1 y 1.5 del programa RenovAr.
Según el informe de la OPC, la historia reciente aparece "repleta de episodios en los cuales la posición financiera del sector público se ve sustancialmente alterada por la necesidad del gobierno de rescatar entidades en problemas, tanto financieras como no financieras, públicas y privadas".
El órgano del Congreso alerta en ese sentido que "si bien la mayoría de los eventos de realización de pasivos contingentes tiene un impacto reducido, algunos poseen la magnitud suficiente como para poner la deuda pública en una trayectoria no sustentable".
Como ejemplo se mencionan contingencias ocurridas anteriormente en el sector privado (actividad petrolera en Nueva Zelanda, infraestructura vial en México y Tailandia) como en el sector público (deudas sub soberanas en Brasil, Argentina y Colombia).
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