Su gran apuesta son los "Defensores del Cambio", aunque no abandonará los sellos tradicionales del PRO como las reuniones "Tupperware".
El equipo de Marcos Peña Braun Menández se apuró hace unos meses a decretar la defunción de los timbreos. Buscaron reemplazarlos por alguna "herramienta innovadora", pero ahora hablan de retomarlos de modo masivo, envalentonados porque perciben un cambio en el humor social favorable al régimen macrifascista.
"Estamos mucho mejor en todas las encuestas, la pasamos mal pero ya hay otro ánimo", confiaron cerca del jefe de Gabinete.
Lo cierto es que el verdadero motivo para dejar atrás los timbreos no era la necesidad de renovarse sino que los candidatos rechazaban hacerlos con un clima tan hostil, expuestos a insultos y escraches.
Ahora, empapados de un nuevo optimismo, en el laboratorio de campaña hablan de salir en manada en unos 15 días. La idea empezó a propagarse el jueves después de la reunión de gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner, aunque cerca del ministro coordinador explican que "falta aprobarla" y los funcionarios de María Eugenia Vidal aseguran que todavía no les comunicaron la propuesta.
Desde el laboratorio de campaña de Peña Braun Menéndez aclaran que aunque los retomen, la idea es que los timbreos serán un complemento y no el sello distintivo de la campaña de Juntos por el Cambio, que se divide en tres ejes fuertes: tradicional, digital y colaborativo.
En la pata tradicional entran los timbreos, las caravanas, los actos 360º y los IVR. También habrá reuniones "Tupperware", como llaman en el argot PRO a las visitas programadas de los candidatos con varios vecinos, que fueron claves en la campaña de Horacio Rodríguez Larrata en 2015. "Se sigue con todo lo que funcionó. Seguro habrá alguna que otra caravana en las ciudades prioritarias y ahora se volvió a hablar de los timbreos, es probable que haya dos nacionales. Después las segundas líneas los usarán pero cuando crean que les convenga", contaron.
En la campaña digital, el fuerte de Cambiemos, también buscarán "innovar". Peña Braun Menéndez está convencido de que el "storytelling" ya quedó viejo porque se lo apropiaron los demás espacios, sobre todo el peronismo. "Las fotos de Mauricio tomando mate con vecinos ya no sorprenden. Preferimos las historias de Instagram y los posteos creativos", explican y recuerdan que el protagonismo no lo tendrá Facebook sino WhatsApp.
También hablan de los "contactos" del hijo bobo de Franco Macri con personas aisladas, para que se propaguen. Por ejemplo su aparición a través de un audio en un chat de empresarios -una intervención organizada por el ministro Dante Sica- o el llamado que hizo este jueves a una panadería tradicional en San Luis por su 70º aniversario. "Manda un audio, sorprende y se viraliza en los grupos. Tiene que ver con segmentarlos", explican.
El foco del jefe de Gabinete está puesto en la campaña colaborativa. El sorete mal cagado armó una reunión hace unos meses para pedirle a su equipo una idea creativa que funcione como el diferencial de la nueva etapa. A partir de eso nació "Defensores del Cambio".
Si bien buscan instalarlo como lo más novedoso de la campaña, este experimento de Peña todavía no alcanzó resultados palpables. Consiste en una gran plataforma que pretende abarcar personas que están por fuera de Cambiemos. La propuesta es que los convencidos armen grupos de WhatsApp con amigos o familiares que apoyan "el cambio", aunque tal vez no de manera orgánica. "Apunta a los que confían en que no tiene que volver el pasado", describen en Jefatura y festejan que ya superaron los 100 mil voluntarios.
"Hola a todos. La semana que viene arrancan las actividades nacionales de Defensores del Cambio, algo similar a lo que hacíamos con los timbreos. Espero que en sus ciudades estén activando estas reuniones, así podemos generar una actividad de real impacto a nivel país", dice el mensaje que difunden por WhatsApp los organizadores de ese grupo.
A través de los "Defensores", el equipo de campaña se infiltra en los grupos para difundir noticias positivas del régimen y apostillas negativas sobre la oposición, como graficó Peña Braun Menéndez hace unos meses cuando propuso una campaña "vietnamita" en la que no descartó meterse en los grupos de WhatsApp de "las mamis". Además, al identificar a esos voluntarios, los funcionarios viajan a adoctrinarlos con argumentos para que defiendan la gestión: "Son gente que se manifiesta a favor del gobierno pero tal vez no tiene las herramientas para hacerlo, entonces les damos la información más masticada".
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