“La ley de incineración viene a convalidar un negociado millonario que causará una grave contaminación", denunció el legislador Gabriel Solano. Se anticipó que varias organizaciones presentarán pedidos de inconstitucionalidad.
En medio de protestas dentro y fuera de la Legislatura porteña, se aprobó ayer la ley que permite la incineración de basura en la ciudad de Buenos Aires. Con 36 votos a favor y 22 en contra, la norma que habilitará a incinerar los residuos urbanos mediante la técnica de termovalorización energética.
La sesión en el Palacio legislativo porteño no estuvo exenta de polémicas. El debate dentro del recinto debió pasar a un cuarto intermedio a raíz de los incidentes causados por una protesta de recicladores y activistas de Greenpeace, que irrumpieron en el recinto con carteles y tocando la marcha fúnebre.
El legislador de la Ciudad Gabriel Solano, del Frente de Izquierda sostuvo durante la sesión que “con esta ley se está violando la Constitución de la Ciudad, en 11 años de gobierno nunca se aprobó el código ambiental que exige la Constitución, vamos a acompañar los pedidos de inconstitucionalidad que presentan varias organizaciones".
Agregó que la decisión tomada de incinerar la basura “constituye un retroceso enorme para la ciudad de Buenos Aires y tendrá consecuencias ambientales gravísimas como lo acaba de denunciar la Facultad de Agronomía de la UBA, así como para la salud".
"De acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud) más de 2 millones de personas mueren en el mundo como consecuencia de las partículas tóxicas y cancerígenas que se emiten como producto de la quema de basura", aseguró.
"La propia Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha abundado en estudios sobre las consecuencias catastróficas de los incineradores de residuos responsables de la mayor parte de la contaminación atmosférica por dioxinas e informan que gran cantidad de las mismas suelen ingresar a la cadena alimenticia”, detalló el legislador.
"No sólo eso, la incineración va a plantear un enorme negocio, es una tecnología carísima, y la generación de energía por esa vía es mucho más costosa que las energías renovables. Finalmente, este proyecto también implica una destrucción de miles de puestos de trabajo de recicladores. Se valen, para ocultarlo, de un manejo conspirativo del Estado porteño y la manipulación de la opinión pública, tal cual se denunció el día de ayer. Nuestro rechazo al mismo es total”, finalizó Solano.
Más tarde sostuvo que “el procedimiento irregular llevó a la protesta del público presente, que fue desalojado de las tribunas. En solidaridad con los trabajadores y ambientalistas que fueron desalojados y en repudio a la votación decidimos retirarnos de la sesión”.
“La ley de incineración viene a convalidar un negociado millonario que causará una grave contaminación. Esto lo hemos señalado con precisión apelando a estudios de organismos nacionales e internacionales”, explicó.
Por su parte, el bloque Unidad Ciudadana rechazó en la Legislatura porteña la aprobación de la modificación de la Ley de Basura Cero que habilita la incineración de residuos, impulsada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Con la presencia de organizaciones ambientales y cooperativas de recuperadores urbanos que se oponen a la incineración de la basura, Unidad Ciudadana rechazó el proyecto por las consecuencias extremadamente dañinas para la salud y el medio ambiente, por ser una política que compite con el reciclaje y la reutilización de residuos, poniendo en peligro miles puestos de trabajo y porque se trata de un proyecto costoso, en el que cada planta implicará un gasto 500 millones de dólares.
Durante su exposición el legislador Mariano Recalde ejemplificó que “con el 1% del presupuesto del proyecto se pueden hacer 40 centros de reciclado para toda la basura de la Ciudad, y con el 99% restante, 2.800 escuelas para resolver el problema de vacantes, 4.500 departamentos similares a los de la Villa Olímpica para solucionar el problema habitacional o 35 kilómetros de subte".
Recalde lamentó la falta de autocrítica del oficialismo por “los 10 años de fracaso en el cumplimiento de las metas de la ley Basura Cero que fue ejemplo para todo el mundo y un orgullo para los porteños”.
Asimismo, señaló que "ayer (por el miércoles) nos enteramos de lo que podemos denominar Basura Gate, una bochornosa campaña de manipulación y compra de voluntades a través de la pauta oficial. Y ni así pudieron lograr que alguien argumente a favor".
"No es falta de imaginación. Es un desprecio por el trabajo y por la vida y una voracidad desenfrenada por los negocios", concluyó Recalde.
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