El dólar subió el último viernes seis centavos a $ 20,90 y para morigerar la escalda de la cotización del billete, el Banco Central debió sacrificar U$S 1.382,1 millones en el mercado cambiario e incrementar la tasa de política monetaria al 30,25% desde el 27,25% anterior.
Un informe presentado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señala que la demanda de dólares proveniente de la toma de créditos hipotecarios UVA, es uno de los factores que le suman presión al billete verde.
"En el primer trimestre del año se entregaron créditos hipotecarios UVA por el valor de U$S 1,624 millones. Ante un sistema inmobiliario dolarizado, es claro el pasaje de esta masa de pesos a la demanda de dólares para la adquisición de inmuebles", arroja el estudio de CEPA.
Agrega que en enero los créditos ascendieron a U$S 497 millones, en febrero a U$S 463 millones y en marzo llegaron a la cifra más elevada desde su implementación, con créditos otorgados por U$S662 millones.
En ese marco, el estudio privado cuestiona a los economistas que desde el último viernes "insistieron en instalar la idea de que lo que estaba sucediendo era una tradicional corrida cambiaria" y remarca que los mismos "omitieron señalar que las condiciones estructurales para una corrección cambiaria o una liquidación de reservas están dadas hace cuanto menos unos meses y que la perspectiva no arroja señales de alteración de este escenario en el futuro próximo".
Sostiene que con el actual modelo de desregulación y apertura, el régimen macrifascista incurre en una "encerrona" donde las únicas dos soluciones posibles son "devaluar o entregar las reservas".
"Es importante destacar que estas reservas provienen exclusivamente del endeudamiento externo y que, incluso vendiendo el 100% de las mismas, no alcanzan para pagar ni el 50% de la deuda contraída en estos dos últimos años", advierte el informe.
Otro de los factores que observa como central y que presiona al dólar es el movimiento de grandes jugadores extranjeros que retiraron sus posiciones en pesos de la plaza local. "La hipótesis más fuerte ha sido una reacción negativa ante la entrada en vigencia de la reforma tributaria en un contexto de alta volatilidad global, lo que presionó un desarme de posiciones de portfolio de parte de capitales extranjeros", indica.
En tanto, considera que la suba de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos "es otra variable que gravita sobre la economía local tiene que ver con los movimientos de la tasa de interés de los Bonos del Tesoro a 10 años de la economía estadounidense. (Este instrumento ha incrementado su tasa en el primer trimestre de 2018, partiendo de 2,46% el 2 de enero de 2018, a 2,81% el 1 de marzo del mismo año y manifestando una suba pronunciada en la tercera semana de abril, hasta llegar a 3,03% el 25 del mencionado mes)".
"El principal factor de presión al alza de la tasa no es solamente la política fiscal adoptada por la Administración del presidente de Estados Unidos Donald Trump, sino el proceso de desapalancamiento que está impulsando la Reserva Federal de Estados Unidos", detalla.
Asimismo, afirma que en el medio, entre la deuda tomada y los dólares que están en el BCRA, se dio un importante fenómeno de fuga de capitales, boom por turismo y viajes al exterior y tuvo lugar en 2017 el segundo déficit comercial más alto de la historia argentina.
"En base a estos factores, la conclusión más acertada es comprender que el problema de la aguda escasez de dólares proviene del modelo de liberalización, desregulación, sistemático endeudamiento y fuga de divisas", alerta al tiempo que añade que "el fin del llamado cepo cambiario en diciembre de 2015 es un hito clave para comprender la puesta en marcha de un amplio esquema de desregulación cambiaria y financiera que habilitó la libre fuga de divisas de la economía local y colocó a la Argentina en una situación de extrema vulnerabilidad ante shocks externos".
En esa línea, sostiene que la fuga de capitales es un factor clave de merma en la oferta de divisas que demanda cuantiosas divisas, el cual se combina con una demanda de dólares para turismo y viajes (contempla tantos los consumos por turismo como las compras por internet) en el exterior que ha llegado a los niveles más elevados de los últimos años.
También hace hincapié en un factor de extrema agudeza que "responde al déficit de balanza comercial record, que coloca a la Argentina en una posición sumamente dependiente respecto de los dólares provenientes del endeudamiento externo".
Como último elemento, CEPA afirma que lo que complejiza el escenario, es que el mes de marzo 2018 fue particularmente bajo en materia de liquidación de divisas del sector cerealero - oleaginoso -tema no sólo vinculado a una demanda sectorial de un tipo de cambio más elevado sino también a factores climáticos como la sequía- "lo cual pone en riesgo una de las pocas vías de entrada genuina de dólares comerciales".
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