lunes, 30 de abril de 2018

La oposición ahora se une para ponerle límites a la deuda externa

La unidad opositora de Diputados, que está cerca de imponer un límite a los tarifazos, avanzará luego con una ley para restringir la toma de deuda externa, el atajo preferido del régimen macrifascista para cubrir su abultado déficit fiscal.


No es un tema nuevo: en 2016, tras avalar el pago de la deuda a los holdouts, la oposición impuso en el Senado una ley para custodiar cada salida a los mercados internacionales de Luis Caputo, por entonces secretario de Finanzas.

Consistía en impedir "operaciones de crédito público" sin autorización del Congreso, que debía acceder a el monto, plazo de amortización, origen y destino de financiamiento. El régimen debería acompañar el presupuesto de cada año con esos datos y sólo podría cambiar de rumbo con otra ley.

Hasta ahora, a Macri Blanco Villegas y sus antecesores les alcanzaba con pedir al Congreso la autorización del plan financiero con la deuda necesaria para cubrir los gastos.

Este año fueron 30 mil millones de dólares, y otros 10 mil por Letras locales y "Repo" con Bancos; y en 2019 serían otros 26 mil millones en la misma moneda. 

El ex hijastro de Flavia Palmiero ya tomó deuda por U$S 80 mil millones y la llevó a U$S 320 mil, el 70% en moneda extranjera, o sea, sujeta a los avatares del tipo de cambio. "Sería muy difícil pedirle permiso al Congreso en cada emisión, porque a veces salen oportunidades rápidas", se excusó Caputo en septiembre, cuando presentó el presupuesto.

En enero comprobó que no mentía: captó 9000 millones de dólares en Wall Street antes que se disparara la tasa de referencia de Estados Unidos. "Los bonistas perdieron 500 millones de dólares", se jactó el ministro en su exposición ante la bicameral de deuda.

La alianza de derecha Cambiemos maniobró en el Congreso para evitar una ley que siga de cerca el rojo financiero. La aprobada en el Senado (que limita también las emisiones de empresas del Estado) está bajo siete llaves en la Comisión de Presupuesto de Diputados, presidida por el macrista Luciano Laspina, que este miércoles la abrirá para debatir los proyectos sobre tarifazos.

Accedió recién cuando FpV-PJ (kirchnerismo), Argentina Federal (el bloque de los gobernadores dialoguistas) y el Frente Rejuntador (massismo) consensuaron un texto común en las comisiones de Obras Públicas y Defensa del Consumidor.

Las charlas finales las tuvieron Diego Bobossio y Sergio Zillioto, Marco Lavagna y Axel Kicillof, que en el plenario le instruyó uno a uno a sus pares a firmar el dictamen que al día siguiente defendieron en el recinto con una mayoría holgada. Fue todo un golpe bajo para el macrifascismo, porque una supremacía opositora sólida y coordinada termina saliéndose con la suya.

Puede llamar a una sesión especial cuando quiera y si una Comisión no se reúne porque su presidente esconde expedientes, la convoca en el recinto con temario incluido. Es por eso que Macri Blanco Villegas aclaró a sus ministros que no tendrá problemas en vetar una ley sobre tarifas y terminaría en la misma situación si el Congreso limita las giras de Caputo por Wall Street.

Es un asunto complejo y más de un díscolo acepta que, si el hijo bobo de Franco Macri insiste en financiarse con deuda y las tasas de Estados Unidos siguen moviéndose hacia arriba, las maniobras de Caputo para pagar menos intereses no pueden prohibirse sin un plan B. "Tal vez no usemos el proyecto del Senado. Estamos escribiendo uno propio", confirmó uno de los referentes de la oposición de Diputados.

Al régimen macrifascista puede servirle que el tema vuelva al Senado porque el dialoguismo de l sorete Miguel Ángel Pichetto y sus dirigidos, de mínima, podría estirar los tiempos hasta septiembre, cuando llegue al Congreso el nuevo presupuesto y haya que abordarlo. No es el escenario de la Cámara baja, donde uno de los más interesados en mirar los balances externos es Lavagna.

En la bicameral de deuda le pidió a Caputo restringir el pago de los intereses al 15% de sus gastos corrientes, un límite que la Nación le impuso a las provincias en el pacto fiscal pero no lo aplica en su administración.

Poco antes del incidente del papelito con Gabriela Cerruti y de la huida del ministro, Lavagna había logrado acorralarlo con datos que grafican el riesgo de comprar divisas a mansalva para paliar el déficit. Aun cuando el relato oficial insista en que es y será la deuda más baja de la región en relación al PBI.

"¿El único dato que están mirando es deuda sobre PBI? ¿O miran deuda sobre exportaciones? ¿O intereses sobre gasto total o ingresos totales?", preguntó el massista y recordó que "en 2001 el ratio deuda-PBI estaba similar al de hoy", pero el peso de los intereses en el presupuesto forzó a una abrupta devaluación y a la crisis más grande de la historia.

"Si algo tenemos que hacer es reducir la dependencia externa y depender del ahorro externo. Eso es confianza y buenas relaciones. Esa es la solución de mediano plazo", fue la escueta salida de Caputo. Pronto volverá a repetirla.

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