sábado, 21 de marzo de 2020

El arco está de luto: murió Amadeo Carrizo

A los 93 años, falleció uno de los arqueros más emblemáticos del fútbol argentino. Supo defender el arco de la Selección y convertirse en ídolo de River.



Durante la mañana de ayer se dio a conocer la noticia de la muerte de Amadeo Raúl Carrizo, uno de los arqueros más emblemáticos en la historia del fútbol argentino, a los 93 años en Buenos Aires, donde residía desde hace varios años junto a su familia. Fue a las 4.40 de la madrugada, en la Clínica Zabala. Hace 10 días le habían realizado un drenaje en la espalda.

La noticia invadió al mundo River con una profunda tristeza por la partida del arquero más importante y una de las glorias más brillantes de la institución. 

Después de que el ex futbolista del seleccionado luchara durante los últimos dos años contra diferentes problemas de salud, el fútbol argentino despide a un jugador revolucionario que cambió para siempre el puesto y marcó una época inolvidable.

Nacido en Rufino, Santa Fe, el 12 de junio de 1926, Amadeo debutó en River el domingo 6 de mayo de 1945 en la victoria 2-1 del Millonario sobre Independiente en Avellaneda. Su última defensa del arco riverplatense se dio el domingo 22 de diciembre 1968, en un encuentro en el que River igualó 1-1 ante Vélez, en el Viejo Gasómetro. En total, acumuló 551 partidos entre sus 24 años como profesional en el club, es líder en presencias en torneos de AFA (520) y es el segundo futbolista con más partidos de toda la historia, detrás de Reinaldo Merlo (563).

Además, logró 10 títulos en el club de sus amores: conquistó siete ligas locales (1945, 1947, 1952 y 1953, más el segundo tricampeonato del club entre 1955, 1956 y 1957), una Copa Ibarguren en 1952 y dos Copas Aldao (1945 y 1947). 

Por otro lado, en el Torneo Metropolitano 1968, a los 42 años de edad, mantuvo su valla invicta 769 minutos en un récord histórico de la institución que le duró hasta 2018: fue batido por Franco Armani, quien estuvo 965 minutos sin recibir goles por torneos locales.

Carrizo fue un pionero. Un completo adelantado a su época que transformó el puesto del arquero a partir de sus innovaciones técnicas, tácticas y estratégicas, como por ejemplo dejar el área para participar en la defensa o ayudar en la salida del fondo, mismo tirarse a barrer para recuperar una pelota o utilizar el saque de arco como un arma de contragolpe. Así, fue elegido por la IFFHS como el mejor portero sudamericano del Siglo XX y desde diciembre de 2013 es Presidente Honorario en River y se realizó un acto conmemorativo en el Monumental en abril de 2014.

"Yo quise hacerle entender a la gente la importancia que tiene un gran arquero en un equipo. Fui uno de los que comenzaron con el arquero jugador. Después se fue haciendo un poco más popular e importante el estilo de mi juego, e indudablemente que me hacía odiar un poco por mi forma de jugar, de venir un centro y agarrarla con una mano o rechazar de cabeza, salir a gambetear un adversario", declaró alguna vez una de las leyendas más grandes del fútbol argentino.

También tuvo su paso por la Selección Argentina con diferentes actuaciones entre 1954 y 1964. 

Actuó en el Mundial de Suecia 1958, en el que el equipo fue duramente criticado por quedar eliminado en la primera fase, y conquistó la Copa de las Naciones en 1964 en tierras brasileras. Su carrera finalizó tras un paso por Millonarios de Colombia entre 1969 y 1970, pero su legado fue eterno.

Por disposición del Senado de la Nación, cada 12 de junio se celebra el "Día del Arquero Argentino" en honor a su figura. Amadeo Carrizo será recordado por siempre como una histórica leyenda que trascendió todas las barreras posibles.

Hay quienes aseguran que Amadeo no murió y que simplemente, en vez de volar al ángulo, esta vez decidió volar al cielo. Hasta cada atajada, maestro.

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