Los espías no realizarán más escuchas telefónicas ni tampoco investigarán a pedido de magistrados.
Alberto Fernández formalizó la reforma de la Agencia Federal de Inteligencia y los espías no realizarán más escuchas telefónicas ni tampoco investigarán a pedido de magistrados. Los agentes podrán dedicarse únicamente a la lucha contra el terrorismo.
El gobierno busca desvincular a los espías de los jueces, una relación que lleva varias décadas y que fue aprovechada por todos presidentes democráticos desde la creación de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) en 1946.
La ley prohíbe que los agentes divulguen "cualquier tipo de información adquirida en ejercicio de sus funciones (...) salvo que mediare orden o dispensa judicial". El gobierno busca evitar la difusión de carpetazos o escuchas como aquella entre Cristina Fernández de Kirchner y Oscar Parrilli.
En el Decreto de Necesidad y Urgencia 214/2020, publicado ayer en Boletín Oficial, se asegura que la normativa anterior permitió "retroalimentar vínculos espurios desarrollados entre organismos de inteligencia y algunos sectores del sistema de justicia".
"Ningún organismo de inteligencia podrá realizar tareas represivas, poseer facultades compulsivas, ni cumplir funciones policiales o de investigación criminal", dice el texto. La ley 25.520 permitía que los organismos de inteligencia actuaran como auxiliares de la Justicia.
Con el DNU 52/19, Fernández dispuso la intervención de la AFI y la "derogación" del Decreto N° 656 del 6 de mayo de 2016 emitido por Miauricio Macri Blanco Villegasi. Esa normativa le quitaba transparencia al manejo de fondos del organismo.
A pocos días de su llegada a la AFI, Cristina Caamaño había comenzado el alejamiento de los servicios de inteligencia de los juzgados federales con una resolución que disponía "la reducción al mínimo de las funciones de investigación criminal" de la Agencia Federal y "su participación como auxiliar de la Justicia".
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