En una jugada desesperada, el ultra gorila busca complicar las finanzas de Alberto y cubrirse de responsabilidades penales por haber avalado ese giro. Además, denuncian que alteró la contabilidad del banco para que el balance le dé positivo.
La despedida de Javier González Fraga del Banco Nación continúa sumando nuevos escándalos. En una jugada desesperada, en sus últimos días al frente de la entidad analiza pedirle al Tesoro que le devuelva los $ 30.000 millones que le prestó para las elecciones.
La decisión del radical ultra gorila llevó tal preocupación al ministerio de Hacienda, que terminaron informando a los equipos de transición del peronismo, donde quieren que la Comisión Bicameral Permanente del Congreso ponga bajo la lupa los desmanejos financieros de la institución.
Además de complicar las finanzas del próximo gobierno, el principal objetivo de Fraga es resguardarse de responsabilidades penales por haber avalado un préstamo que no tenía forma de justificarse.
Es que las autoridades del banco llegaron al extremo de fraguar el estado de las cuentas de la entidad con tal de que los números cierren para poder concretar este giro. Según la resolución del directorio que autorizó esta asistencia, el Nación había presentado "un exceso en la posición de efectivo mínimo de septiembre de $ 66.000 millones".
Además, estimaba "tener una posición significativamente holgada en octubre, en los meses siguientes, en un escenario en donde no hay incrementos ni caídas significativas en el nivel de depósitos".
Sin embargo, los números finales a los que tuvo acceso este medio, evidenciaron un saldo positivo de solamente $ 2.000 millones en septiembre, $ 1.300 millones en octubre, un rojo de $ 13.000 millones en noviembre y una expectativa de defecto de más de $ 40.000 millones en diciembre.
Lejos de tratarse de una situación sorprendente, el sendero corresponde con la típica estacionalidad de esta altura del año, cuando los depósitos públicos tienden a bajar significativamente por la acumulación de gastos de fin de ejercicio.
Es por eso que aquella resolución no llevó la firma de ninguno de los funcionarios de la línea del banco y podría exponer al directorio a ser acusado del delito de "cumplimiento indebido de deberes de funcionario público", cuando la próxima gestión audite las polémicas medidas impulsadas por Fraga.
En consecuencia, antes de abandonar la función pública pretenden cubrirse al hacer uso de la cláusula de precancelabilidad del préstamo. En el mismo sentido, el titular del banco quiere "emprolijar" la contabilidad de la entidad, que según fuentes al tanto de los números finos, "hace 20 años no se registra una performance tan paupérrima".
De acuerdo al último resultado informado desde Contaduría General, al 31 de agosto el banco registraba una pérdida de $ 4.110.254 millones, pero a partir de una insólita estrategia financiera, pasaría a dar ganancia en el mes de septiembre. Sencillamente, los títulos públicos como las Letras del Tesoro (Letes) pasarían a contabilizarse en la cartera de inversión en lugar de la cartera de "trading", lo que reduciría los resultados negativos.
"En un banco privado eso sería cuestionado por la asamblea de accionistas y se pediría la remoción del Directorio", afirmaron fuentes al tanto de la maniobra.
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