viernes, 21 de junio de 2019

Familiares y vecinos reclamaron justicia y se manifestaron contra la violencia policial en una marcha por los pibes a un mes de la masacre de Monte

Los familiares se concentraron en el Skate Park desde donde iniciaron la marcha hacia Plaza Alsina, lugar de encuentro de las víctimas de la persecución policial.



En San Miguel del Monte va a ser imposible olvidar el significado que el skate tiene, desde el pasado 20 de mayo, para su comunidad. Es el símbolo que encontraron para recordar a Camila, Danilo, Gonzalo y Aníbal, que hace un mes perdieron su vida al chocar contra un camión mientras eran perseguidos a tiros por la policía. Y para abrazar a Rocío, la única sobreviviente de la tragedia que este miércoles “festejó” su cumpleaños número 14 en el Hospital El Cruce, al que viajó junto a su familia para agradecer a los médicos y enfermeros que luego de 24 días de internación y tres operaciones salvaron su vida. Es por eso que ayer, a un mes de la masacre de Monte, la comunidad decidió, para homenajear a las víctimas y renovar el pedido de justicia, reunirse en el Skate Park y marchar hasta Plaza Alsina, donde los chicos se juntaban a rapear, cantar y andar en skate.

"A lxs pibxs lxs recordamos haciendo lo que ellxs disfrutaban". Esa fue la consigna de la marcha de ayer. Los familiares, amigos y vecinos de las víctimas convocaron a “llevar una tabla” y “algo para stencilear”.

Desde temprano, sobre el parque lindante al Skate Park, fueron clavadas con dolor algunas cañas y palos que sostenían cartones de colores con imágenes de Camila (13), Rocío (14), Danilo (13), Gonzalo (14) y Aníbal (22).

Susana, la mamá de Gonzalo, llegó un rato antes de las 14. Con paso lento, y la mirada triste, fue abrazada por uno de los hermanos de Danilo ni bien llegó al lugar de encuentro. “Esta marcha es muy importante porque está todo el pueblo unido pidiendo justicia. Quiero que la muerte de mi hijo no sea en vano”, dijo. “Quiero que este pueblo siga siendo lo que era, un pueblo tranquilo”, agregó, conmovida.

Los chicos, tabla en mano, comenzaron a llegar pasadas las 14. El Skate Park, en seguida, fue escenario de piruetas y trucos de skate que capturaron la atención de los más grandes, que a un costado compartían sus recuerdos sobre los jóvenes asesinados. “Me acuerdo que Danilo, el último tiempo, andaba recontento porque le había hecho la pata con una chica. Gonzalo también. Se creían unos galanes”, recuerdan Brian (15) y Thiago (14) con una sonrisa, a un costado de la pista. 

“Siempre nos juntábamos en la plaza, rapeábamos, andábamos en skate. Los extrañamos mucho, sentimos mucho dolor, mucha bronca por lo que hizo la policía. Si pudiera decirles algo, una última vez, les diría que bajen un ratito acá, con nosotros, que los extrañamos”, agregaron, ya con la mirada sobre el piso.

A las 14:30, luego de los abrazos y las primeras lágrimas de la tarde, los familiares, vecinos y organizaciones sociales que se acercaron a brindar su apoyo salieron rumbo a la Plaza. Al frente, sosteniendo una bandera que exige la verdad, iban los padres y hermanos de Rocío y de los 4 chicos que perdieron su vida “a manos de la policía”, cómo repiten una y otra vez. Más adelante, el hermano de Danilo junto a otros amigos daban ritmo a la marcha con bombos y tambores.

A un costado, Luciana y Luna, dos amigas de Monte, sostenían un cartel recordando a las víctimas. Esa madrugada del 20 de mayo, ellas estaban junto a los chicos, en la plaza, minutos antes de verlos con vida por última vez. Luciana había pedido un remís, por eso rechazó el ofrecimiento de Aníbal y de los chicos para llevarla a su casa. Luna se había ido un rato antes, porque su mamá la esperaba a comer. “Nos hacen mucha falta, la escuela ya no es la misma”, dijeron mientras avanzaban entre las calles de Monte. “Sentimos que no nos están cuidando. Cualquiera de nosotros podemos salir a la calle y no volver más a nuestras casas”, agregaron. Luna y Luciana los recuerdan rapeando, andando en skate. “Yo me quedé con ganas de decirles que siempre los voy a tener presentes, que siempre van a tener un lugar en mi corazón”, lamentó Luna, la mejor amiga de Gonzalo. La marcha, rumbo a la plaza, frenó al llegar a la escuela a la que asistían Camila, Rocío, Danilo y Gonzalo. Fue la mamá de Gonzalo la que tomó la palabra: “Esta es la escuela donde estudiaban nuestros hijos. Aníbal también pasaba por acá a buscar a Fede, su primo. ¡A estos chicos los asesinaron! ¡Con alevosía!”, gritó la mujer, antes que el papá de Danilo pidiera un minuto de silencio en recuerdo de los jóvenes.

Al llegar a la plaza, los familiares subieron a un escenario montado delante de la Municipalidad para agradecer el apoyo recibido por la comunidad y los medios y exigir justicia, para pedir que “el estado se haga responsable”. Las caras de esos padres, micrófono en mano, se transformaron. El dolor de su mirada se convirtió, en esa plaza rodeada de instituciones estatales que se suponía debían defenderlos, en bronca.

“Esto no fue un accidente. ¡A los chicos los mataron! ¡Los mataron!”, insistió la mamá de Gonzalo cuando volvió a tomar el micrófono. El papá de Danilo fue breve; estaba quebrado: “Le pido al juez que deje presos a los asesinos, que este no sea un caso que quede en el olvido” porque “por culpa de algunos nos matan a nuestros hijos y ahora tenemos que estar sufriendo, cuando tendríamos que estar con ellos en nuestras casas”, dijo el hombre, antes de darle la palabra a su esposa.

“El alma en el suelo”. Así se sienten estos padres y madres. “Les hago un pedido: miren para atrás”, dijo la mamá de Danilo al pedir que levanten las manos todas las personas que tengan hijos asesinados por gatillo fácil. La imagen, fue impactante: fueron varias las madres que perdieron a sus hijos a manos de la policía y que viajaron a Monte a acompañar a los familiares de estos cinco chicos. “¿Hasta cuando vamos a ser manos levantadas pidiendo justicia por nuestros hijos”, preguntó.

La mamá de Camila tuvo que hacer una pausa, luego de agradecer por el apoyo y los gritos enviándole fuerzas. “Hace un mes atrás que siento un dolor inmenso, que siento un vacío terrible, porque me falta un pedazo de mi vida”, lamentó y volvió a insistir, sin disimular el enojo que ganó a varios de los presentes, “¡El estado es responsable! Y lo repito: ¡El estado es responsable!”, expresó en un grito, para luego pedir que “no se quede mi pueblo dormido”, que cualquiera “que tenga un dato” colabore con la investigación. La mamá de Rocío también agradeció el apoyo de la comunidad y el cariño que le expresaron durante la internación de su hija, que se quedó en su casa porque aún se encuentra delicada. “Quiero justicia, castigo y cárcel. Quiero que el estado se haga cargo, porque es responsable”, dijo la mujer.

El hermano de Aníbal también recordó el dolor que representó ese 20 de mayo y pidió a la policía “que deje a los chicos jugar en la plaza, que no los corran, porque merecen jugar”, dijo antes de pasar el micrófono a su tío.

La mamá de Danilo, antes de cerrar el acto de familiares y darle lugar al testimonio de otras víctimas de gatillo fácil, a la familia de Camila Cinal (una chica desaparecida en Monte), a Pérez Esquivel y a otras organizaciones que sumaron su apoyo, advirtió: “Hay gente entre nosotros (en la marcha) que es policía” y que está cuestionando “por qué estamos acá”. A ellos, les aclaró que ella y el resto de los familiares no tienen miedo. También aprovechó para pedirle a la intendenta que “investigue” a los próximos funcionarios que se hagan cargo de la seguridad de Monte y al juez que “cuando se siente a decidir, piense en su familia”.

“Yo sabía, yo sabía, que a los pibes, los mató la policía”. Ese fue el cantito que más sonó. Que se repitió, una y otra vez. No era un susurro, no era un lamento. Era, luego de un mes, un grito desesperado por justicia, por verdad. Un grito desesperado para que “esto no pase nunca más”.

El pasado 20 de mayo, Camila (13), Rocío (14), Danilo (13), Gonzalo (14) y Aníbal (22) viajaban a bordo de un Fiat Spazio. Iban a las carcajadas, según muestra un video grabado desde el celular de una de las víctimas minutos antes del impacto. Rocío había pedido permiso para dormir en lo de su amiga del alma, Camila. Gonzalo y Danilo también habían avisado a sus padres que estarían juntos, rapeando con el skate, como de costumbre. Esa noche, los cuatro adolescentes se reunieron en la plaza y salieron a dar una vuelta en el Fiat de Anibal, un joven de 22 que hace un año y medio había llegado desde Misiones, sin saber que la policía apagaría esas risas de una forma trágica y, sobre todo, injusta.

Esa madrugada, el Fiat terminó estrellado contra el acoplado de un camión estacionado en la ruta 3, en San Miguel del Monte. Lo que al principio las fuerzas quisieron disfrazar de “accidente de tránsito” se trató, en verdad, de una masacre: al momento del choque, el auto en el que viajaban los cinco jóvenes era perseguido a los tiros por patrulleros de la Policía local.

Camila, Danilo, Gonzalo y Aníbal murieron luego del choque, a raíz de las lesiones producidas por el impacto. Sin embargo, según revelaron las autopsias, uno de los fallecidos también presentaba una herida de bala en un glúteo, lo que confirmó que la policía, pese al discurso oficial, sí había disparado contra el Fiat.

Lo ocurrido derivó en un descabezamiento de la cúpula policial local y en una serie de marchas de familiares, amigos y vecinos de las víctimas que hoy salen nuevamente a las calles de Monte a pedir justicia.

Por la masacre, están imputados 12 policías y un funcionario municipal. Este miércoles, el fiscal de Cañuelas Lisandro Damonte pidió la prisión preventiva de los 13 acusados al juez de Garantías de La Plata Eduardo Silva Pelozi, quien tendrá un plazo de cinco días para resolver la situación procesal de los 13 imputados.
Nota de Azul Tejada para Página/12

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