viernes, 7 de agosto de 2020

Sergio Chodos: "La visión de Georgieva es distinta a la histórica postura del FMI

El representante de la Argentina ante el Fondo advirtió sin embargo que el organismo "no giró 180 grados".


Sergio Chodos, representante argentino ante el FMI y mano derecha de Martín Guzmán en la negociación con los acreedores, delineó ayer los primeros pasos de la negociación que se viene con el Fondo. Al respecto aseguró que "Kristalina Georgieva tiene una visión distinta a la que tradicionalmente tiene el FMI".

La frase evoca a los elogios que le dispensaba Nicolás Dujovne a Christine Lagarde que aseguraban que el FMI había cambiado y ya no se parecía al de Anne Krueguer que pedía ajustes cruentos.Y que, sin embargo, terminó en dos acuerdos Stand By que apuraron un ajuste fiscal y monetario acelerado que solo empeoraron la inflación y la recesión.

Y si bien cabe recordar que fue el mismo Dujovne el que ofreció el plan de convergencia fiscal acelerado sin que el Fondo se lo pidiera, lo que le valió críticas desde todos lados, lo cierto es que el FMI sigue siendo un organismo de préstamos de última instancia que exige a cambio reordenamientos macroeconómicos exigentes. En este sentido, Chodos se desmarcó de Dujovne y aclaró que el FMI "no giró 180 grados"

"No es un organismo de desarrollo ni de ayuda al crecimiento, sino que financia procesos de ajuste o de crisis de balanza de pagos o de endeudamiento. Esa es su naturaleza", dijo en declaraciones radiales.

Así y todo, el funcionario remarcó que el contexto de pandemia ayuda a que el Fondo sea más flexible en sus exigencias. Een el Gobierno no descartan aprovechar esta laxitud transitoria y buscar, en lugar del acuerdo de Extended Fund Facilities (EFF) que el mercado da por descontado, un tercer acuerdo Stand By.

El Gobierno espera poder superar los 3 años y 3 meses que tiene de plazo máximo un Stand By (y hasta 4 años de repago) sin pasar a la otra modalidad de que propone el Fondo de mayores plazos, la EFF, pero que impone reformas estructurales a cambio. Por eso, el funcionario aseguró que "hay que esperar a ver qué pide el FMI".

Martín Guzmán aseguró el martes que el viejo acuerdo con el Fondo ya caducó y que no va a tomar más del endeudamiento que el organismo le habilitó a la Argentina. Sin embargo, para algunos economistas el Fondo terminará prestándole al país aunque solo sea para que le paguemos al Fondo. Si bien el organismo no rollovea, los consultores no descartan que se llegue a un acuerdo breve por el cual se le desembolsen los primeros años los capitales para cancelar los 4.281,2 millones de derechos de giros (DEGs) o 6053 millones de dólares pactados para 2021, los 20667 millones de dólares de 2022 (14.617,3 millones de DEGs), los 9792 millones de dólares (16.926,3 millones de DEGs) y el resto de los pagos por montos menores ya acordados hasta 2026.

Además, de estos vencimientos en 2021 la Argentina tiene que pagarle al Club de París los 2.100 millones de dólares que pateó para mayo próximo y un remanente de casi 500 millones con otros organismos.

"La discusión con el Fondo puede empezar relativamente pronto. Depende de la decisión de las autoridades de pedir el programa. Ese proceso no debería ser rápido. Nada bueno sale si te apurás", agregó el funcionario al tiempo que aseguró que no prevé dificultades para renegociar el pago al Club de París.

Por ejemplo, para una graficar la pulseada que tendrá que dar con el FMI, el economista Rodolfo Santángelo de Macroviews coincidió en que Georgieva no va a presionar por el ajuste como David Lipton, pero sí consideró que va a ser un desafío postergar en el tiempo los pagos al Fondo. Lo hizo durante un webinar organizado por Balanz Capital en el que también dio por hecho que al Club de París se le va a poder refinanciar el pago en 5 años.

Respecto de la mayor laxitud frente a políticas económicas poco ortodoxas, el Fondo ya envió este jueves una advertencia generalizada a todos los países emergentes a los que el margen para hacer política contracíclica se les está agotando.

"Este margen reducido puede llevar a muchos países emergentes a adoptar políticas poco ortodoxas, desde controles de precios y restricciones comerciales hasta más política monetaria no convencional y medidas para facilitar la regulación financiera y crediticia. La efectividad de estas políticas poco ortodoxas dependerá de la credibilidad de las instituciones; por ejemplo, si un país tiene un historial de crédito monetario creíble. Hay poco tiempo disponible para analizar adecuadamente los riesgos y beneficios de estas acciones", aseguraron los funcionarios del Fondo.

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