Las amistades y la protección judicial habrían hecho que el Emérito apostase por el país caribeño. En el Gobierno prefieren un país del centro de Europa o Portugal, pero tampoco descartan Estados Unidos.
El Rey Emérito Juan Carlos I le informó el lunes a su hijo, el Rey Felipe VI que abandonará España, según ha informado el Palacio de La Zarzuela. En el comunicado, Don Juan Carlos aseguraba que se trata de una "meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España".
Sin embargo, no develaba su destino, ni si se trata de un traslado temporal. Fuentes cercanas a Casa Real aseguran que el Rey Emérito habría trasladado a los suyos su deseo de irse a República Dominicana. Un destino que no fue bien visto, en un principio, por Casa Real.
Juan Carlos I "tenía muy claro" que debía abandonar las dependencias de Patrimonio Nacional e irse a vivir a una propiedad privada para proteger la honorabilidad de su hijo y de la Corona, señalan estas fuentes.
A su vez insisten en que el Emérito habría pedido a su hijo trasladarse a República Dominicana. Una decisión que no fue bien vista, en un primer momento, por Casa Real, ya que podría dañar su imagen y también de cara al proceso judicial que tiene que afrontar.
Sin embargo, el monarca que lideró la Transición esgrimió a su favor una serie de motivos entre los cuales se encuentran: las amistades y la protección frente a posibles reclamaciones judiciales.
Amistades y protección judicial
El rey emérito tiene grandes amistades en el país caribeño como los hermanos Fanjul Gómez-Mena. De ellos es conocido que son descendientes de españoles que emigraron a Cuba para hacer fortuna y lo consiguieron tras abandonar la isla con la Revolución. Emigraron a Miami y montaron una gran explotación de caña de azúcar con fábricas en Florida y República Dominicana.
En concreto, Pepe Fanjul se hace íntimo de Juan Carlos, pese a considerarse republicano, y con quien ha acudido a numerosas cenas de lujo con ilustres personajes de la época en La Romana, una de las ciudades más pudientes del Caribe donde se encuentran las mansiones, villas de lujo -que superan los 50 millones de euros- y resorts donde se dan cita las grandes fortunas.
Un paraíso en la tierra que además ofrecería protección judicial a Juan Carlos ante posibles reclamaciones. Fuentes de la Abogacía consultadas recuerdan el tratado de extradición entre España y República Dominicana y como en uno de sus artículos, en concreto el número 8, se indica que "no se concederá la extradición cuando la responsabilidad penal se hubiere extinguido por prescripción u otra causa, conforme a la legislación de cualquiera de las Partes". Es decir, al Estado Español le resultaría complicado que el país caribeño le concediera la extradición si ésta fuese requerida al Emérito.
Luxemburgo y Estados Unidos
La decisión y comunicación respecto al Emérito sólo compete a Casa Real. Sin embargo, en los últimos días diferentes ministros del Gobierno han insistido en que la decisión se debía de tomar más pronto que tarde. Estas presiones se calmaron en las últimas semanas, a sabiendas de que la decisión ya estaba tomada y se comunicaría la primera semana de agosto. De hecho, en Moncloa estaban advertidos y Pedro Sánchez ha preparado, durante días, su valoración a esta decisión.
El presidente realizará el balance de verano que el Ejecutivo realiza, como viene siendo habitual, antes de marcharse de vacaciones y éste año no va a ser menos. Tal y como publica en exclusiva este medio, Sánchez ha tenido que cambiar su discurso a última hora ante el anuncio de Casa Real, que pilló por sorpresa a Moncloa.
Sobre la decisión, las fuentes gubernamentales consultadas verían bien que Juan Carlos se instalase en un país propio de las monarquías europeas como Luxemburgo. Otras fuentes apuntan a Portugal, donde vivió cuando era niño. Desde el Ejecutivo, además, tampoco descartan Estados Unidos, aunque advierten de una "mayor presión judicial" en este destino. A estas horas, la elección final del Rey Emérito es el secreto mejor guardado en el Palacio de La Zarzuela.
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