jueves, 6 de agosto de 2020

La fiscal Boquín declaró por teleconferencia ante la Comisión Bicameral y contó las maniobras contra ella: "La lucha es desigual y no me hago la víctima"

“Han generado el estereotipo de que soy la que trata mal a los empleados, no los deja ir al baño y tira expedientes por el aire”, dijo.


La fiscal Gabriela Boquín habló ayer ante la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control del Ministerio Público, en el marco de los pedidos de juicio político al procurador general interino, el macrifascista Eduardo Casal. 

Boquín obtuvo notoriedad por su rol en el caso del Correo Argentino y el dinero adeudado por el Grupo Macri y sumó luego dos denuncias por maltrato en su fiscalía. 

Ante la Comisión, planteó las denuncias que llegaron al Comité Evaluador. “Doy clases desde hace 23 años, estoy en dos universidades nacionales por concurso, nunca tuve denuncias por maltrato. Tuve cientos de alumnos que hoy son abogados, y tuve empleados a mi cargo en un estudio jurídico, sin ningún juicio laboral”, dijo por teleconferencia. 

"La lucha es desigual y no me hago la víctima", manifestó y agregó que “han generado el estereotipo de que soy la que trata mal a los empleados, no los deja ir al baño y tira expedientes por el aire”

La primera denuncia fue de Gonzalo Rodríguez, subsecretario de la fiscalía, y que Boquín estima fue “coaccionado” para declarar en su contra. De acerdo a la fiscal, Rodrígez le comunicó en las vacaciones el embarazo de su esposa en Mar del Plata y después dijo que ella le negó el traslado hacia esa ciudad y adujo que lo maltrataba. Según la denuncia, contó la fiscal, “no lo dejé crecer académicamente”

“Escribimos un libro juntos y coordina la revista que dirijo y estuvo siempre a mi altura. Dimos charlas juntos, está en el expediente”, aclaró. 

Sobre el traslado, dijo que dio su conformidad y que pidió un reemplazo. Por mail, le informaron que Casal negaba el traslado. “Rodríguez fue a la Procuración y le dijeron que tenía que denunciarme. Le dije que sabía que no lo iba a hacer. Me dijo que estaba entre dos fuegos. Lo mandé al gremio a hacer la denuncia y se lo contó al delegado del fuero comercial”, relató Boquín. 

“Se va a Mar del Plata y sigue comentando que hay presiones”, continuó. Boquín viajó a la ciudad balnearia por temas personales y aprovechó pare reunirse con él. “Me dice que hay presiones. Le dije de hacer la denuncia penal, no estaba convencido. Le dije que si no se animaba yo hacía la denuncia por escrito”. En el medio, Juan Cruz Álvarez, delegado del gremio, propuesto como testigo por la fiscal, ni fue citado “y salió por radio diciendo lo que iba a decir ante el procurador”.

Rodríguez le contestó por WhatsApp diciendo que la psiquiatra sugería no hacer la denuncia. “Cedió e hizo ese testimonio cruento e intimidatorio e involucra a gente que hoy está de testigo, que no tenía problemas en declarar y no la tuvieron en cuenta. No se armó ni denuncia ni sumario, cuando estábamos obligados a hacer la denuncia penal. El procurador recibió mi denuncia y tomó como válidas las declaraciones de Gonzalo Rodríguez”, contó. Finalmente, Rodríguez logró el traslado después de declarar, “pero es un traslado provisorio, no sea cosa que se arrepienta”.

La segunda denuncia que tuvo fue la de Diego Villani, secretario de la fiscalía, quien aseguró que Boquín había amenazado con tirar sus cosas por al ventana. “Cuando llegué a la fiscalía, el personal me habla de maltrato y una empleada se había quejado ante la Procuración. Villani le decía que para ascender había que quedarse trabajando por las tardes. Lo dejé proyectando dictámenes de nivel, pero le saque el rol de atribuir tareas. Tuve tres quejas de maltrato que resolví en el ámbito interno. Las propuse como testigos y no se las citó, porque importaba más lo que decía Villani”, explicó la fiscal.


En cuanto al incidente denunciado por Villani, contó que este había logrado su traslado a otra dependencia y dejó cosas en un despacho. Boquín, después de veinte días, le pidió por escrito que fuese en el marco de 48 horas a retirar elementos tales como “una mochila porta bebé, el volante de un Alfa Romeo, el casco de una moto, libros de automovilismo, nueve libros de Julio Verne y uno de cocina de Donato De Santi”. Estimó que Villani “consideró que el hecho de que le pidiera retirar eso fue tomado como maltrato. Había una orden escrita, valió más lo que él dijo que lo que está escrito”.

La fiscal definió la situación como “una farsa” y embistió contras las declaraciones de la diputada Graciela Ocaña y la senadora Silvia Elías de Pérez, que habían dicho se debía ser cuidadoso en cuestiones de género. “Comparto esa visión. Hice dictámenes en ese sentido. Me hubiera gustado que tuvieran la idea de proteger al género cuando Pablo Tonelli afirmaba cuando el tema del Correo que yo decía cualquier cosa y era una funcionaria sin aptitudes”. También recordó que el diputado radical Luis Pastori la había definido como “un elefante en un bazar” y que “ hacía mal las cuentas”.

En tal sentido, consideró que “si el dictamen lo hacía un hombre no le cargaban estos epítetos. Me callé y no abrí a boca en ningún medio, hoy es la primera vez que me presento públicamente, es el lugar que corresponde, la lucha es desigual y no me hago la víctima”.

Finalmente, expresó que “me esfuerzo mucho y mi patrimonio es mi honor. Esto impactó sobre mi buen nombre y honor y no puedo permitir que suceda. El dictamen unánime está integrado por fiscales con trayectoria. Hablé de coacción, ofrecí testigos, el consejo evaluador leyó 100 páginas mías y no hizo lugar a cuestiones delictuales que planté. Parecen más importante mis rasgos de personalidad”.

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