martes, 30 de abril de 2019

Cuatro de cada diez chicos en la Argentina macrifascista son "doblemente pobres"

Desde la Universidad Católica Argentina (UCA) e Infancia en Deuda publicaron un informe en el que detalla las carencias de los habitantes menores de 17 años en el país.


El 41,2% de los niños, niñas y adolescentes en Argentina son "doblemente pobres" porque viven en hogares que no pueden cubrir la canasta básica y además ven vulnerados derechos fundamentales, de acuerdo con un nuevo informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) e Infancia en Deuda.

De este modo, la "pobreza multidimensional infantil" creció 4 puntos entre 2017 y 2018, cuando 600 mil chicos de entre 0 y 17 años pasaron a estar por debajo de la línea de la pobreza por ingresos, pero también sufren un déficit de alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información o estimulación temprana/educación.

"Se trata de un incremento significativo y está explicado básicamente por la pobreza monetaria que tuvo un incremento relevante", explicó la coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA y coautora del informe "Pobreza, derechos e infancias en la Argentina (2010-2018), Ianina Tuñón".

El estudio también advierte que el 51,7% de los niños, niñas y adolescentes viven en hogares carecientes en términos monetarios y que el 63,4 se encuentra privado del ejercicio de al menos un derecho fundamental.

"La pobreza multidimensional tiene una evolución positiva que se estanca en el 2016 y desde entonces no hemos tenido avances significativos en este indicador que implica transformaciones mucho más estructurales que una mejora de ingresos", dijo.

Además, el estudio de la composición de la pobreza por privaciones de derechos alcanza al 22,9% de los chicos, que padece carencias habitacionales como hacinamiento o déficit estructural; el 18,5 en saneamiento básico como agua e inodoro con descarga; el 17,4% tiene déficit en el acceso a la atención de la salud (no visitaron al médico en el último año o no tienen las vacunas correspondientes); 13,4% en la estimulación temprana y educación (inasistencia escolar, escolarización deficiente y maltrato); y 8,7 % en el acceso a la alimentación.

Según el estudio, de acuerdo con la evolución temporal 2010-2018, se destaca que los mayores progresos se dieron en materia saneamiento y acceso a la información, donde las privaciones cayeron 7% (30,8 a 23,7%) y 10 (de 34,6 a 24,5%), respectivamente en estas dimensiones.

Una evolución inversa está experimentando en los últimos tres años el indicador de carencias en materia de alimentación, que entre 2015-2018 creció 4 puntos pasando del 7,1 al 11,2%, la mayor incidencia desde 2010.

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