Las medidas anunciadas por el titular del Banco Central tiran por la borda el escenario de "brotes verdes" que comenzaba a ver el régimen.
El operativo "brotes verdes" duró menos que un pedo en una canasta. Apenas unos días después de que el aparato de comunicación oficial -por medio de los principales funcionarios- saliera a instalar la idea de que la recesión "había tocado fondo", el dato de la inflación forzó al Banco Central a un endurecimiento de la política monetaria que tira por la borda cualquier esperanza de recuperación económica.
A partir de los indicadores de industria y construcción del mes de enero -que mostraron una fuerte caída interanual, pero una recuperación respecto al mes anterior-, el régimen aseguraba que el sendero de caída del nivel de actividad económica se había revertido para dar paso a un crecimiento que mejoraría el clima social de cara a las elecciones.
"La datos todavía no se sienten palpablemente en la calle, pero vemos que es el inicio de una mejora y que vamos a tener un año de recuperación liderado por el crecimiento de exportaciones, la recuperación del salario real y las jubilaciones", había afirmado el secretario de Política Económica, Miguel Braun.
Sin embargo, en poco tiempo la vulnerabilidad macroeconómica se encargó de dejar nuevamente en offside a los pronósticos optimistas de Cambiemos. En primer lugar, la capacidad ociosa de la industria marcó un nuevo récord y en segundo término, el jueves se confirmó el repunte de la inflación al 3,8% en febrero que provocó una reacción inmediata de Sandleris.
El titular de la máxima autoridad monetaria anunció un paquete de medidas que apuntan a redoblar la política desinflacionaria de la mano de una mayor contracción de la cantidad de dinero circulante, que los economistas estiman que presionará al alza a las tasas de interés y profundizará la recesión económica.
"Claramente después de esto, los brotes verdes que se vieron en el primer mes del año los vas a dejar de ver. Esta contracción de la política monetaria va a tener un gran costo en el nivel de actividad con un consumo que difícilmente repunte", subrayó el economista de Eco Go, Juan Ignacio Paolicchi.
Por su parte, Martín Kalos de la consultora Epyca indicó que el impacto se sentirá "al tener menos crédito tanto para el consumo, la inversión o la producción" y agregó que "va a ser imposible financiar el capital de trabajo. Pero a su vez la contracción monetaria realimenta que las tasas se mantengan altas".
Frente a este escenario de deterioro del mercado interno y la inversión, el único componente de la demanda agregada que todavía mantiene expectativas positivas a raíz de la buena cosecha pronosticada es el sector exportador, que de todos modos resultaría insuficiente.
"Nosotros estimamos un crecimiento del 12% de las exportaciones por la mejor señal de precios que están teniendo, pero eso ni de cerca te va a poder traccionar al resto de la economía", enfatizó Paolicchi, quién antes de las medidas de Sandleris proyectaba una caída del PBI del 1,8% para este año.
No obstante, si bien reconocen el efecto contractivo que tendrá la política del Banco Central, otro sector de economistas se muestra satisfecho en relación a lo actuado por Sandleris, al mostrar su compromiso con reducir la variación de precios.
"El Central prefirió priorizar la estabilidad cambiaria considerando que es el mal menor, ya que una disparada del dólar tiene efectos muy dañinos para la economía. Es cierto que habrá un efecto negativo en la demanda agregada referente a la expansión del crédito al sector privado, pero no es tan significativo dado que en la economía local el crédito es bastante limitado", opinó Gabriel Zelpo, de Elypsis.
En este sentido también se expresó el economista Hernán Hirsch, quien ve un "impacto marginal, a partir del segundo semestre", pero "que se puede corregir si va acompañado por un paquete de medidas económicas".
De todas maneras, ya son muchas las voces que incluso dentro de la ortodoxia, desconfían de la estrategia desinflacionaria del régimen. Por ejemplo, una voz más que representativa de este sector como Miguel Ángel Broda, afirmó el miércoles que "quedó demostrado que la emisión monetaria no es la única causa de la inflación".
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