lunes, 2 de noviembre de 2020

Cómo es el programa del Gobierno para que los desocupados produzcan alimentos

La inicitiva de la Secretaría de Agricultura Familiar consiste en convocar a grupos de desempleados y subocupados de pequeñas cuidades del país para que se conviertan en productores de verduras agroecológicas, pollos, huevos, carne de cerdo y leche.


La Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación está proponiendo en las pequeñas ciudades del país -y probando en algunos municipios del conurbano bonaerense- un modelo de producción local de alimentos con creación de trabajo. Consiste en convocar a grupos de desocupados y subocupados de la comunidad para que se conviertan en productores de verduras agroecológicas, pollos, huevos, carne de cerdo y leche. 

El programa se basa en una experiencia realizada en Daireaux, municipio de la provincia de Buenos Aires, donde esta política -planificada por el estado y con participación de las organizaciones sociales-, fue, en los últimos cinco años, la principal generadora de puestos de trabajo. En la mayoría de las localidades del interior faltan productores locales de alimentos frescos. Por eso hay una franja, un espacio no cubierto, en el que la Secretaría cree posible avanzar, si los estados municipales aportan sostén y acompañamiento.

Miguel Ángel Gómez cuenta que eligieron replicar el camino hecho en Daireaux "por los resultados que obtuvo". Militante del Frente Agrario Evita, Gómez es hoy el secretario de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena y uno de los funcionarios que tomaron la decisión de ampliar el modelo, de llevarlo a nivel nacional. "Creemos en el proceso. Tiene mucho de lo que las organizaciones de la agricultura familiar venimos proponiendo", define. Cuenta también que antes de llegar a su cargo en el gobierno nacional, había viajado los 500 kilómetros que separan aquella localidad de la ciudad de Buenos Aires para conocer cómo habían trabajado. 

Así se armó el programa fue bautizado como PROTAAL (Programa de Promoción del Trabajo, Arraigo y Abastecimiento Local). Está pensado para localidades del interior con menos de 55 mil habitantes, aunque luego se agregó el conurbano. La intendencia de Moreno, que instaló una cooperativa agroecológica en tierras privadas improductivas, va a tener un PROTAAL. Y hay conversaciones con los intendentes de Berazategui, Florencio Varela y Almirante Brown.

A cargo del programa está el funcionario que lo creó, Walter Martin, ingeniero agrónomo y ex coordinador nacional de Cambio Rural, quien explicó que “en todas las comunidades del interior del país el problema de la desocupación es el mismo. Y en todas falta abastecimiento local de alimentos. En el caso nuestro, para llegar a la ciudad, los pollos viajaban 700 kilómetros, las verduras de 430 kilómetros, los huevos no menos de 300 kilómetros. La leche también viene de lejos. La idea, en lo más básico, es que se fabriquen en el lugar”

Un dato a tener en cuenta es que la creación de nuevos productores locales de alimentos pudo hacerse con desocupados que no tenían experiencia previa. En cambio, asegura Martin, sí resultó necesario que trabajaran de manera asociativa, en cooperativas. “Porque son emprendimientos chicos. Un horticultor solo, cultivando una pequeña superficie, no sobrevive; tampoco puede hacerlo un productor de pollos o de huevos aislado. Pero sí es viable cuando se arma una cadena de producción integrada”. Por ejemplo, en el caso de Daireaux el municipio tiene una planta de alimento balanceado que baja los costos. Y en la otra punta de la cadena de producción, una faenadora de pollos. “Otra cosa que aprendimos fue que aunque se produzca individualmente, no le conviene a nadie vender la producción de manera individual. Hay que juntar toda la producción y venderla como cooperativa. Porque esto da continuidad, que es lo que nos piden los comerciantes”, explica.

El programa fijó como condición no utilizar agroquímicos. Las huertas son agroecológicas, y en el caso de la producción de huevos, las ponedoras son de piso, no usan jaulas.

En cuanto a los medios de producción, no son de propiedad de los productores, sino de las cooperativas, y quedan para ellas en caso de que alguien se retire. De manera que el esfuerzo del estado -que financia y acompaña el proceso- no se pierde y el puesto de trabajo creado puede ser ocupado por otra persona.

El PROTAAL quiere hacer base en los municipios. Les pide a los intendentes que aporten equipos técnicos, como un tutor para cada quinta o unidad productiva. “Si el intendente lo dispone, también puede aportar presupuesto. No son grandes inversiones, estamos hablando de alrededor del 3 por ciento del gasto municipal, pero que dan a la ciudad desarrollo económico con trabajo”, puntualiza Martin.

"En esto, la palabra clave es arraigo", agrega por otra parte el secretario de Agricultura Familiar. Alude así a que es una política destinada a los desocupados de cada localidad, no de repoblación -un debate presente en todas las organizaciones sociales por la pandemia-. Gomez dice que ve en los intendentes "mucho interés". Desde agosto, la fecha de largada, hasta hoy fueron armadas 123 propuestas. Treinta de ellas están terminando el circuito para ser implementadas.

Para Martin, la generación de productores locales pone en marcha un círculo virtuoso: “Hay muchas maneras de aumentar la producción. Nosotros queremos hacerlo con más productores y productoras. Una localidad puede tener en su zona grandes pooles de siembra y una enorme producción, lo que consideramos que le sirve al país, que necesita contar con los dólares de las exportaciones. Pero a nivel local, lo cierto es que las ciudades que están rodeadas de campos productivos ven pasar la plata. No hay efecto derrame, el famoso derrame no existe”.

Señala así que la mayor parte de lo que produce el agronegocio, en un campo que hoy está concentrado en pocas manos, no queda para la comunidad. En el caso de Daireaux lo modelizaron, lo han estudiado. Un 60 por ciento de la riqueza que se produce en los campos del partido se va del territorio. ¿Por qué? “Porque los dueños de esa ganancia no viven en el lugar. Entonces, lo que moviliza la fuerzas económicas de la ciudad, lo que llega al comercio, a la prestación de servicios, es poco. Al no tener productores locales, la cantidad de dinero circulante es cada vez menor, porque la plata se va. Por el contrario, a mayor riqueza circulante va a haber en nuestras ciudades mayor comercio y mayor prestación de servicios, eso genera más empleo y mayor demanda de los bienes que se puedan producir. Y esto, en su conjunto, es un mecanismo que no nos conviene perder de vista”

Municipios y organizaciones sociales

En el desarrollo de estas experiencias de la economía popular, las organizaciones sociales son consideradas claves, porque asumen el rol de iniciar los proyectos. Los municipios, a su vez, son los actores capaces de ir tejiendo el entramado para sostener la producción local de alimentos. Pueden facilitar, por ejemplo, el uso de tierras fiscales. 

El esquema propuesto por el PROTAAL prevé también la posibilidad de alquilarlas e incluye el armado de invernaderos con sistemas de riego automatizado. Hasta ahora hay cinco líneas de producción (huertas, pollos, cerdos, huevos y lacteos), a la que se estudia agregar la pesca artesanal. Las unidades productivas son consideradas viables si sus integrantes pueden obtener ingresos equivalentes a un salario mínimo. En el proceso de afianzarse, tienen un acompañante o tutor.

La experiencia de Daireaux es que hasta consolidarse, hay bastante recambios en las huertas, aunque menos en la producción de pollos y huevos. En cuanto a la inversión, los cálculos hechos en base a los resultados obtenidos hasta ahora sirven para darse una idea de la inversión necesaria. Marcan, por ejemplo, que en la producción de huevos es necesario tener 400 gallinas para alcanzar un salario mínimo, o criar 500 pollos. Y para producir hortalizas, contar con 400 metros cuadrados cubiertos o 2500 a cielo abierto.

Los productores producen cada uno de por sí. Luego llevan su producción a un encargado de comercialización de la cooperativa, que la pesa y les da un remito, junta toda la producción y la vende. Finalmente, descontado un 20 por ciento para los gastos generales, cada productor cobra de acuerdo a lo que produjo.

Con ese sistema, en Daireaux el municipio tiene cooperativas hortícolas, de engorde de porcinos, una planta de producción de alimento balanceado, criaderos de pollos, una faenadora municipal, cooperativas de producción de huevos y una red de comercialización.
Por Laura Vales para Página/12

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